¿PRIMERO EL EMPLEO?

Estimados socios, amigos y demás seguidores de ARENCI;

Pregunta: ¿Primero el empleo?

Respuesta: No, no, no y cinco millones de veces no, y temblará el capitalismo opresor.

Primero las personas, porque el valor de un ser humano es, por definición, incondicional. Desde una perspectiva humanista y de justicia social, estimo que "el Hombre vale más que su alimento" y, por supuesto, mucho más que el precio, contado en vil dinero, de los bienes y servicios que ese “Hombre” es capaz de producir.

Mientras las personas en paro forzoso no se consideren y reivindiquen a sí mismas como valiosas y sujetos de derechos y obligaciones por el mero hecho de ser lo que ellas son (PERSONAS), en vez de por lo que ellas son capaces de producir (productoras), se encontrarán en inferioridad subjetiva frente a sus explotadores. La mayoría de los parados de España padecen, a mi entender, el mismo mal: sumisión mental a la ideología burguesa del trabajo como empleo por cuenta ajena, del “pan por sumisión” (el estajanovismo soviético, otra variante atroz del mismo mal, afortunadamente desapareció). El mero hecho de poner el puesto de trabajo por delante de las personas, por delante de las necesidades de la familia y de los hijos es, se quiera reconocer o no, un servicio objetivo a la ideología de la explotación del hombre por el hombre. Hoy por hoy, defender la “centralidad del trabajo” significa, en la práctica, defender la “centralidad de la explotación laboral y de la exclusión social de la riqueza”.

Los excluidos de la riqueza son, como podréis comprobar a vuestro alrededor, no los vagos ni los maleantes, ni los delincuentes encarcelados, sino los parados forzosos. Primero se les niega un puesto de trabajo y, con ello, los correspondientes ingresos. Si quieren hacerse “autónomos”, sólo unos pocos saldrán adelante, porque la existencia del “libre mercado” es un cuento. Más allá de las trampas estadísticas en la contabilidad de parados y de la propaganda institucional, para los pequeños negocios todas son trabas, si se quieren llevar dentro de la legalidad. Casi siempre prevalece “el interés del mayor”. De ello se encargan los diputados y senadores de los partidos mayoritarios, aprobando o manteniendo leyes desfasadas, pero siempre a favor la gran empresa y del gran capital financiero nacional y transnacional.

Cuando no tengan dinero para pagar las facturas, a los parados les cortarán teléfono, electricidad, agua y gas; cuando no puedan pagar la hipoteca, el banco o la caja les exigirán el cobro de la deuda ante los tribunales, con los correspondientes intereses de demora, el embargo de la vivienda y demás; les subastarán la casa o el piso y los desahuciarán y, si viven de renta y no pagan, también los desahuciarán con auxilio de la policía.

¿Qué han hecho nuestros diputados y senadores del derecho a las “prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad, especialmente en caso de desempleo” que establece el artículo 41 de la constitución? Derecho ilusorio y papel mojado. Y los sindicalistas ¿qué hacen para promover la defensa del obrero parado? Promover manifestaciones contra el retraso de la edad de jubilación antes que para reclamar las prestaciones suficientes que satisfagan las necesidades básicas del obrero parado, que va a tener una miseria de jubilación. ¿Y los parados? Mayormente desaparecidos de la lucha social, desistiendo de sus derechos constitucionales o dejando su defensa en manos de burócratas sindicales que ponen su empeño en “la centralidad del trabajo” por delante de la “centralidad de la persona”. Y así nos va.

Si los parados ocupan una finca en manos muertas, supongamos que de la Duquesa de Alba, pidiendo “tierra y libertad”, los echarán a palos por mano policial. Si piden el reparto de la riqueza excedentaria a través de una prestación universal los tratarán de comunistas y de vagos. Si ocupan una vivienda deshabitada, les acabarán echando igual, con la ley en la mano. Si quieren sobrevivir de lo que la naturaleza maltratada todavía da, de la caza, de la pesca y demás, les acusarán de atentado ecológico y les impondrán cuantiosas multas que no podrán pagar, yendo a parar, incluso, a la cárcel.

¿Qué delito han cometido los parados a la fuerza? Ninguno, simplemente son víctimas de la política económica vigente al servicio, no de los seres humanos, sino del que tiene más y quiere más a costa de explotar y acumular. Si los parados no tienen dinero es porque se les ha impedido trabajar honradamente para conseguirlo, porque se les ha EXCLUIDO del mundo laboral en una economía donde la riqueza se reparte casi exclusivamente en forma de sueldo, beneficio o dividendo por ocupar un puesto en la cadena productiva como explotado o como explotador. El sistema productivo, al servicio no de satisfacer las necesidades reales de la gente sino de que cuatro ricachos acumulen más y más, puede prescindir de más mano de obra que hace veinte años y, a la vez, aumentar más y más la productividad. Si esto es así, si no se necesita tanta mano de obra como parados hay, ¿qué razón tenemos para seguir engañando a la gente con la ilusión de “una salida laboral a la crisis”? ¿Qué interés se sigue para los excluidos del mundo laboral, y por ende excluidos del reparto de la riqueza, en continuar apostando por la “centralidad del trabajo” y por la política de “crear empleo”, sea o no necesario, sólo para a ver si a mí me dan? ¿Los empresarios capitalistas van a crear los puestos necesarios para dar empleo y sueldo a todos? Pensadlo bien: no. Por esa vía, que es la única que se ha probado y siempre ha fracasado, seguirá habiendo excluidos y peleas entre los pobres por un contrato cada vez más precario, y unas condiciones de trabajo más degradadas. ¿No veis que somos víctimas de un sistema caduco que sigue utilizando el empleo como medio casi exclusivo de distribuir la riqueza? No hay solución razonable sin ir más allá del puesto de trabajo, no basta ya con “crear empleo” sin más ni más, como si se tratara de fabricar caramelos.

Si no queremos resignarnos a ocupar un puesto en la economía “sumergida” y delictiva para sobrevivir, tendremos que repensar y refundar la economía al servicio del ser humano. Para eso, habrá que pensar más allá de los caminos trillados y apostar por una teoría económica alternativa a la que ofrece el explotador. En España, tenemos la suerte de contar con una alternativa de progreso ante la crisis, se trata de la Teoría Económica Alternativa que describe Ramiro Pinto cañón en un libro que todo interesado en la defensa de la clase obrera debería conocer:“Los fundamentos de la Renta Básica y la ‘perestroika’ del capitalismo. Teoría alternativa sobre economía política en la sociedad tecnológica y del bienestar”, Entimema (Madrid 2003). Isbn: 84-8198-473-6

Puede solicitarse en la librería: artemis@artemisleon.com

También en:

http://www.iberlibro.com/fundamentos-renta-basica-perestroika-capitalismo-teoria/1299427107/bd

El Keynesianismo y el Liberalismo, como el falso socialismo soviético y sus secuelas (China, Corea y demás), han servido a la explotación del hombre por el hombre, la Teoría Alternativa no. Hoy es posible y necesaria una nueva política económica (NEP) a favor del ser humano y la familia que, sin olvidar la necesaria implicación personal y vocacional en el trabajo, nos asegure renta y libertad. Pero no se hará realidad si los damnificados por la actual política económica, especialmente los desempleados, siguen pensando con ideas válidas para otras épocas pero insuficientes para solucionar los problemas de hoy; si siguen defendiendo “una salida laboral a la crisis” que, como sabemos por experiencia y nunca escarmentamos, siempre es excluyente para el “ejército de reserva”, que son los parados forzosos, y siempre favorable para el explotador. Ahora más que nunca, es necesaria la aplicación de la inteligencia y la creatividad obrera para ocuparnos de nuestros propios intereses. Los logros que alcancemos serán fruto del esfuerzo, el trabajo y el sacrificio de las personas concernidas; y no de una “compra de servicios” por el dinero de unas cuotas, como acostumbran los practicantes del estilo burgués. Es necesaria, ahora más que nunca, la implicación personal y directa en esta lucha que no podemos delegar. Saludos cordiales

Horacio García Pacios ( socio de ARENCI)

Madrid, 2 de marzo de 2010