jueves, enero 25, 2007

Renta Basica y estado de bienestar, entrevista

Nos hacemos Eco de una entrevista realizada al filósofo belga Philippe Van Parijs por la importancia del contenido de esta entrevista, aparecida en www.rebelión.Org procedente de http://www.sinpermiso.com/ (www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=967) , y publicada en IL Manifesto, en Italia.


Renta Básica y Estado de Bienestar. Entrevista
Philippe van Parijs · · · · ·

14/01/07


Cosma Orsi entrevista en Il Manifesto al filósofo belga Philippe van Parijs, miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO.”Mi propuesta de una renta incondicional y universal puede ser interpretada como la vía capitalista al comunismo”.


El ingreso de existencia es la oportunidad que ofrece la gran transformación actual para garantizar una libertad real de todos. Una entrevista con el académico belga Philippe Van Parijs con ocasión de la salida de su último libro.

La tesis de Philippe Van Parijs es expresión del pensamiento democrático radical que mira a la “gran transformación” del capitalismo como una oportunidad para introducir criterios de justicia social que garanticen, como gusta de repetir este estudioso belga, una “libertad real para todos”.

Docente de ética económica y social en la Universidad Católica de Lovaina, desde hace algunos años divide su vida entre la pequeña ciudad en la que profesa, Bruselas –a la que va a menudo a dictar cursos convocado por la Unión Europea- y la Universidad de Harvard, en donde imparte clases de filosofía social.

Van Parijs es especialmente conocido por sus propuestas de una “renta básica” o “ingreso ciudadano”, elaboradas hace veinte años y “refinadas” en el transcurso del tiempo. Una trayectoria de investigación que alterna textos de “filosofía social” e incursiones en la historia del pensamiento económico, condensada en innumerables ensayos y libros.

En Italia hemos estado traduciendo ¿Cuánta desigualdad podemos aceptar?, escrito con Christian Arnsperger (Il Mulino), ¿Qué es una sociedad justa? (Ponte delle Grazie). Recientemente la casa editorial Egea, de Milán, ha publicado el volumen escrito con Yannick Vanderbought La renta básica universal (pp. 160, euro 14) [hay traducción castellana de David Casassas con Prólogo de Daniel Raventós en la Editorial Paidós de Barcelona]. Y la entrevista se basa en las tesis contenidas en el libro.

Desde siempre usted es un activo defensor de la “Renta básica”. ¿Qué fue lo que le llevó a abrazar esa línea de pensamiento?

Son dos las principales razones. La primera deriva del intento de encontrar una solución a las injusticias que no se basara en la idea de hacer crecer el PIB, siempre más preocupada por aumentar el ritmo de crecimiento de la productividad. En segundo lugar, me ha guiado la esperanza de que fuese una alternativa al capitalismo tal como lo conocemos.

¿Y en qué dirección? La respuesta más breve es libertad real para todos. La justicia consiste en organizar las instituciones sociales de modo tal, que garanticen el máximo de libertad compatible con un desarrollo socialmente sostenible a todos quienes gozan de menos libetad en conducción de su existencia de acuerdo con sus creencias.

En su último libro publicado recientemente, usted define la “Renta Básica ” como un ingreso otorgado por la comunidad política a todos sus miembros, individualmente y sin contrapartida. ¿En qué sentido su propuesta se diferencia de las neoliberales y de las socialdemócratas?

El ingreso ciudadano es individual, universal e incondicional. Estas tres características lo hacen totalmente diferente de las políticas basadas en la evaluación de los medios económicos de que disponen las personas, como el ingreso mínimo de inserción, adoptado en muchos países (por ejemplo, en Francia).

Introducidos por los socialdemócratas, los demócrata-cristianos o los liberales, sus esquemas constituyeron un significativo progreso respecto del sistema de apoyo a la renta que se basaba en la seguridad social de base contributiva y asistencia social discrecional.

Y respecto de esos esquema, una imposición fiscal negativa constituye un ulterior progreso. El mecanismo de seguridad social actualmente existente otorga a las familias la diferencia entre lo que logran ganar y un hipotético umbral de pobreza.

Evidentemente, esta medida penaliza todo intento por parte del beneficiario de ganar cualquier ingreso declarable: de hecho, si lo hiciera, vería reducidos sus beneficios. En cambio, un esquema de fiscalidad negativa permite que todos disfruten de los ingresos de su trabajo. De aquí que no sea necesaria restricción alguna frente a quienes quieran trabajar.

En su libro usted destaca las razones éticas que avalan la introducción de una “Renta Básica”. Las razones económicas se limitan a la reducción de fenómenos negativos como la pobreza y la desocupación. ¿No cree que habría asimismo que aportar razones económicas a favor de la sostenibilidad de su propuesta?

A mi modo de ver, no es posible separar los argumentos ético-filosóficos de los económicos. Es por razones éticas que nos preocupamos de fenómenos como la pobreza y la desocupación. Pero, por otro lado, necesitamos argumentos económicos para determinar la manera de combatirlos con inteligencia.

Por tanto, si hay algo que justifique específicamente para el capitalismo cognitivo actual la introducción de la Renta Básica son razones de orden ético, mientras que en el análisis económico lo que hay que buscar es el modo de introducirla .

Considero que un capitalismo cada vez más basado en el conocimiento refuerza la exigencia de combinar trabajos de baja remuneración con los beneficios dimanantes de una forma universal de renta de existencia. con el beneficio derivado de una forma universal de renta de existencia.

El argumento no es que el capitalismo cognitivo tienda a producir una demanda de trabajo cada vez menor. Más bien es que tiende a distribuir el poder derivado de las ganancias de un modo más y más asimétrico, llegando a reducir los salarios del grueso de quienes se hallan por debajo de un nivel de vida decente.

De esta manera, la trampa de la desocupación creada por las medidas focalizadas deja de ser un fenómeno marginal. Para evitar que la mayoría de la población caiga en esta trampa se hace entonces necesario extender el beneficio quienes trabajan remuneradamente, como se vio con el famoso Earned Income Tax Credit (EITC) promovido por el ex presidente de los EEUU, Bill Clinton, y sucesivamente importado por el Reino Unido de Tony Blair (Working Families Tax Credit) y por la Francia de Jospin (Prime pour l’Emploi ).

La izquierda política y sindical parece estar dividida respecto de la “Renta Básica”. En Italia ha habido un debate muy encendido en el curso del año que ha conducido inevitablemente a interrogarse sobre la relación entre la propuesta de la Renta Básica y la cultura política del movimiento obrero organizado. ¿Cómo interpreta esta “relación”?

En un artículo publicado hace veinte años con Robert Van der Veen, presenté la introducción de una renta básica incondicional y su gradual incremento como la “vía capitalista al comunismo”: consiste en “capitalizar” el dinamismo del capitalismo del cual hablaba Karl Marx para incrementar gradualmente la proporción del producto social redistribuido tanto según las necesidades de cada uno, como según su contribución, reduciendo gradualmente el número de personas empleadas en actividades alienantes.

Todavía creo que esta es una propuesta sensata que permite que aquellos que creen en los ideales de Marx mirar positivamente una renta de existencia. Se perfila así una concepción coherente de justicia social, definiendo los medios que permiten llevar a su realización.

Algunos críticos consideran que aunque la renta básica pueda hacer más soportable la situación de precariedad por un breve periodo, no contribuirá a la lucha por un verdadero trabajo garantizado para todos. Además, piensan que un ingreso de existencia introducido sólo a nivel local y sólo a los trabajadores precarios podría multiplicar la fragmentación de la clase obrera…

Según yo la entiendo, la Renta Básica no es una medida para hacer más cómoda la vida de quien la percibe aunque no tenga un trabajo (que tampoco es el objetivo declarado de las medidas focalizadas), sino un modo de ayudar a todos a encontrar un trabajo que tenga sentido.

Su universalidad la pone en vivo contraste con los subsidios para trabajadores con bajos salarios. Sea como fuere, eso va de la mano con el requisito de flexibilidad del capitalismo cognitivo. Está en el interés de todos que haya flexibilidad en el mercado laboral, tanto para entrar como para salir de él. Como en el interés de todos está el que haya educación y sanidad públicas.

Durante el llamado período fordista, el estado social se basaba en la oportunidad de tener un trabajo. Hoy asistimos al desmantelamiento del sistema de bienestar. La introducción de una Renta Básica, ¿significaría un apuntalamiento del viejo estado de bienestar, o habría de llevar a una nueva forma de estado de bienestar?

El ingreso de existencia debe ser visto como el corazón propulsor de la emancipación para un estado socialmente activo. En las condiciones actuales –que incluyen no sólo el “paradigma cognitivo”, sino también, por ejemplo, mayores movilidad y expectativas de vida, y la transformación de la familia— necesitamos urgentemente una alternativa al estado de bienestar pasivo, los beneficios del cual estaban demasiado centrados en los económicamente inactivos.

Pero un estado de bienestar activo no precisa de una forma represiva que active políticas sociales; puede emprender una vía para la emancipación que remueva las trampas perversas, que refuerce la seguridad mínima para la categoría social más débil y que incremente la gama de opciones de quienes tienen pocas.

Philippe van Parijs es miembro del Consejo Editorial de SINPERMISO. Acaba de aparecer en castellano su libro (escrito en colaboración con Yannick Vanderborgh) La Renta Básica (traducción castellana de David Casassas, Prólogo de Daniel Raventós, Barcelona, Editorial Paidós, 2006).

Traducción para http://www.sinpermiso.info/: Camila Vollenweider

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Il Manifesto, 9 enero 2007

jueves, enero 18, 2007

RENTA BÁSICA, UNA PARADOJA DINÁMICA

Por Ramiro Pinto Cañón,

En el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, de Madrid, se puede contemplar un experimento que consiste en ver como un objeto "cae" rodando hacia arriba. Nos lleva a pensar que es un truco, que se trata de un imán o algo que lo mueve. Hasta podríamos interpretarlo como algo mágico. La explicación a éste fenómeno es el desarrollo de las leyes de la gravitación y tiene una explicación científica. Se trata que una determinada forma, dos conos unidos por la base adquieren una forma que hace que su propio peso genere una fuerza que le haga rodar por sí mismo hacia arriba.

Nos encontramos ante un acontecimiento histórico como es establecer una Renta Básica. Una cantidad de dinero para toda persona desde que nace hasta que muere, sin ninguna contraprestación a cambio. ¿Una propuesta utópica, incluso absurda? ¿O una paradoja dinámica? Esto último, pues responde al desarrollo de las leyes económicas en la sociedad actual, la cual adquiere una forma determinada gracias al desarrollo de las tecnologías y al conocimiento científico del funcionamiento de la economía en general.

En la actualidad la fuerza del trabajo no lo es tanto la mano de obra como el conocimiento aplicado, ya sea a los mecanismos de producción, como de distribución o consumo. La riqueza se independiza, en gran medida, de la fuerza del trabajo. En determinadas condiciones, como sucede hoy, es imposible el pleno empleo, pero además el desarrollo de la economía de mercado en una sociedad democrática exige, para su propio progreso, que incluso quienes trabajen obtengan una renta básica. Medida ésta que va a suponer un mecanismo automático de control de la inflación y de las existencias monetarias, mecanismo que grandes economistas liberales, como Hayet, Friedmann, Von Mises, aseguran desconocer, precisamente porque no se plantean una medida aparentemente paradójica, que no es sino el resultado de las propias leyes que ellos estudian. Se buscan sustitutos en la política económica y en la modificación de tipos de interés que no hace sino mantener un equilibrio inestable que apenas soluciona una coyuntura económica por momentos. Se trasladan las crisis de un sector a otro o de una zona monetaria a otra, con graves repercusiones sociales y políticas.

Lo que hoy es posible es la plena retribución, antes que el pleno empleo. La Renta Básica se describe perfectamente en el punto 87 de la ponencia marco, de la Conferencia Política del PSOE, a finales de julio de este año. Tras el debate se aprobó esta idea en un contexto de justicia social, con las aportaciones sobre todo de Josep Borrell. Así recoge Iván García, Secretario General de las Juventudes Socialistas de León, la propuesta en un artículo sobre la Constitución y la Renta Básica en este mismo periódico, hace unos días. Lo que hay que abordar son los medios científicos de su aplicación. Pues puede suceder que sin una análisis adecuado personas con una trayectoria ejemplar en la lucha social, como Alejandro Teilelbaum, en una reciente entrevista entienda la propuesta del PSOE como demagógica, porque no adecua una política fiscal de distribución de la riqueza. Pero al mismo tiempo una medida de equidad bajo el prisma de una justicia social impide la creación de riqueza, necesaria para mantener tal medida. En este sentido podemos recoger los estudios de Amartya Sen , economista indio, premio Nobel de 1.998, sobre su análisis de la desigualdad. Llega a preguntarse, frente a la propuesta de Raws sobre el capitalismo distributivo, "¿igualdad de qué?". Y la conclusión es tener una base mínima de supervivencia. Aplicado a la sociedad Occidental en el momento histórico actual nos lleva a la Renta Básica.

La economía especulativa, la obtención de beneficios y una riqueza que se derrama por doquier con gastos suntuarios y de lujo tanto en el gasto público como en el privado es un hecho. Sin embargo mucha gente duda sobre aplicar la Renta Básica. El problema está en que no sería conveniente interferir su practica con la política fiscal para no mermar los avances sociales en materia de educación, infraestructura y sanidad. La Renta Básica requiere de su propia herramienta económica, la cual la encontramos en la tasa Tobin, propuesta por el economista estadounidense James Tobin, premio Nobel de 1981, pero ampliando su objetivo. Se trataría de incrementar el porcentaje que él propone y el marco de actuación de operaciones especulativas, no sólo en las transacciones de capital sino de los beneficios que no responden a criterios de trabajo, sino de negociación del dinero o de determinados bienes o la aplicación en el mercado o en la producción de nuevas tecnologías. El artículo 128 de la Constitución Española reclama que toda riqueza está subordinada al interés general.

Al ser un criterio científico, la Renta Básica acabará implantándose. Deja de ser un ideal para ser un mecanismo económico. Pero es muy importante preservar los logros sociales. Tal es el reto político de la socialdemocracia al entrar en este tema, pues desde el modelo liberal conservador, frente al liberal progresista, se podrá ofrecer la Renta Básica, pero desmantelando toda acción publica, de manera que se da un dinero a cada ciudadano y sálvese quien pueda. Por eso no es conveniente desarrollar la Renta Básica por la vía fiscal. Su desarrollo es consecuencia del libre mercado, la tecnología y requiere un contexto, el de la Tercera Vía, que defienda los derechos sociales. Al mismo tiempo tiene una vertiente económica, que se define como Nueva Vía, al ser un desarrollo integrador entre el modelo keynesiano y el monetarismo, cuyo proceso dialéctico concluye en la Renta Básica, una vez superada la dicotomía comunismo-capitalismo.

miércoles, enero 10, 2007

El derecho a una vivienda, a un trabajo y a la Renta Básica

El Artículo 47 de la Constitución española dice: Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos. Como vemos los poderes públicos deben de promover las condiciones necesarias para hacer efectivo este derecho, pero yo considero que no lo hacen correctamente y que basándose en este derecho se malgasta el dinero publico, puesto que en ningún apartado de ese articulo se menciona que la vivienda deba de ser en propiedad, de ahí que no se pueda entender que se capitalicen las economías domesticas con el dinero publico y no se puedan beneficiar de las mismas los que por diferentes motivos se ven obligados a alquilar una vivienda al no poder comprarla. Tampoco se esta cumpliendo la segunda parte del enunciado en donde lo que más prima en la actualidad es la especulación y el robo de las plusvalías que le corresponderían a la comunidad, lo estamos viendo en casos como el de Marbella. Como vemos este articulo esta en plena vigencia mediática y popular. Parece ser que la legislación actual en la materia esta propiciando todo lo contrario de lo que plantea nuestra carta magna, si la situación social y económica ha cambiado algo deberán de hacer nuestros legisladores, algo habrá que modificar. Considero que una adecuada política de viviendas es propiciar que los ciudadanos puedan disponer de unas viviendas dignas, esto es facilitar para que los ciudadanos puedan alquilar las viviendas y quien lo desee las pueda comprar. La economía ha evolucionado en los últimos 20 años y la sociedad también, es por tanto necesario cambiar el modelo económico y no capitalizar a algunas economías domesticas mediante la venta de viviendas infravaloradas lo que fuerza a una injusticia social y a problemas como los que ocurrieron en Sevilla, ni favorecer a las grandes rentas mediante jugosas deducciones en el impuesto sobre la Renta. Para ello es necesario promover medidas equitativas y universales que permitan aprovechar el actual parque de viviendas vacías. El estado debería de promover el alquiler de viviendas mediante formulas novedosas y esto no se consigue mientras no se elimine la inseguridad jurídica existente. v El no poder acceder a una vivienda lastra el mercado de trabajo al encarecer en gran medida la mobilidad geográfica. El no poder acceder a alquileres asequibles impide la emancipación de los jóvenes, es por ello necesario la adecuación de una política de vivienda eficaz, que permita el acceso a una vivienda digna en unas condiciones aceptables. El Artículo 35 de nuestra constitución dice:1. Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.2. La ley regulará un estatuto de los trabajadoresMientras que los poderes públicos se preocupan enormemente para que los ciudadanos accedamos a una vivienda en propiedad, no se preocupan de igual forma porque todos tengamos un trabajo, ahora los economistas neoliberales dicen que un 5% de parados se considera técnicamente un pleno empleo. El Pleno empleo es cuando hay más demanda de trabajadores que trabajadores. Entonces la economía y el mercado reaccionan aumentando la productividad por empleado ante la falta de empleados. Es por tanto necesario que los poderes públicos promuevan el deber de los ciudadanos y si no es posible este que les otorgen una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades. Como entiendo que la ley es igual para todo el mundo es necesaria que esta remuneración sea universal solo así el trabajo será libre y justo. Es por ello necesario la aplicación de políticas fiscales que no graven el trabajo, con el fin de crear el espacio necesario que permitan la implantación de una renta básica universal. fuente: Asociación Renta Ciudadana - ARENCI, 3/01/2007