viernes, febrero 29, 2008

Economia financiera y sostenibilidad

Ramiro Pinto Cañón
Diario de Noticias de Álava

La caída de los valores de la Bolsa a nivel mundial en un índice del 7,54% es algo que no ha sucedido desde el año 1940. Al día siguiente el Ibex 35 sufre la mayor caída desde 1987. Otro día después vuelve a caer en Europa cerca de un 3%. Se ha entrado en una crisis estructural que no es sino una falta de adaptación de las políticas económicas a la nueva realidad global. Toda crisis, dice Ortega y Gasset, significa cambio. Y es este cambio el que debemos analizar, para saber qué cambiar y hacia dónde, o sea para salir de la crisis.

Se ha echado la culpa de esta crisis financiera a la onda expansiva de los impagos de la deuda de las hipotecas para la vivienda en EEUU, cuando es un factor más y no especialmente relevante. También al encarecimiento del petróleo, cuando es su efecto y no la causa. Pero sirven de indicadores de la nueva realidad de la economía global. Con una hipoteca se compra una propiedad, que a lo largo del tiempo se va a revalorizar; sin embargo han sucedido dos situaciones que afectan a este proceso: por un lado el encarecimiento del dinero, lo que hace más costoso el pago; por otro, la pérdida de incremento de valor de la propiedad, debido a la saturación del mercado inmobiliario y del sector de la construcción, que cada vez dispone de menos espacio, lo cual a su vez lleva a un incremento del desempleo. La manera de querer solucionarlo es bajar los tipos de interés, pero esta medida ya no resuelve los problemas, sino que simplemente los amortigua temporalmente y traslada el problema a otros sectores .

Un desencadenante de la crisis financiera mundial, que en Europa tiene su propia dinámica, ha sido que el 23 de enero se empieza a aplicar la normativa legal europea sobre bajar el 20% las emisiones de CO2, tal como exige el incumplido protocolo de Kyoto (2005) y más recientemente la Cumbre de Bali (2007), por su repercusión en el cambio climático, de terribles consecuencias. Ante las nuevas medidas legislativas para reducir las emisiones de CO2, el responsable de industria de la Unión Europea, D. Günter Verheuger, afirma que va a suponer pérdidas de empleo y de capital, que en parte ha de emplearse para medidas que eviten la contaminación.

Bajar los tipos de interés ya no sirve para controlar el desempleo y la inflación. Incentivar la producción afecta a otras variables que son necesarias tener en cuenta. Vivimos una crisis (cambio) debida al exceso de riqueza gracias a la economía financiera, pero cuyo valor monetario depende de su relación con la economía productiva. La técnica financiera se ha desarrollado increíblemente, ha generado mucho dinero, el cual ha servido para hacer grandes inversiones. Pero surge el límite de los recursos energéticos y de la sostenibilidad. La economía productiva ha ido más despacio que la financiera y no puede seguir su ritmo, ésta es la esencia de la crisis, porque las políticas económicas se han desarrollado a lo largo de la Historia sobre la base de la escasez de recursos y el reparto de la riqueza, generalmente desigual a través del empleo. El modelo ha cambiado y las políticas económicas al uso ya no funcionan. Ni el modelo liberal ni el modelo keynesiano tienen respuesta a una nueva situación. Para entender la volatilidad de la economía, que el Banco Europeo ha tratado de evitar que aumente no variando los tipos de interés, tomemos el ejemplo de un niño con una cometa. La lanza al viento y sube cada vez más, pero llega un momento en que el hilo no da para más. Da lo mismo que corra hacia un lado o hacia otro. La cometa debe quedarse a esa altura. Si el viento sigue soplando el hilo se rompe, la cometa sigue subiendo, pero no vale nada, porque ya no es del niño, ya no puede jugar con ella, ni venderla. Tal es lo que puede suceder entre la economía financiera y la productiva, que rompan su relación y el dinero financiero deje de tener valor, cuando sirve para invertir y se ha convertido en el motor de la industria, servicios, innovación, etc.

A partir de 1971 EEUU abandonó la convertibilidad del dólar en oro. Dos años después tal modelo se generaliza en todo el mundo. Desde entonces el dinero tiene valor por su relación con la economía productiva, que es el nuevo patrón que da valor al dinero. En 1973 se creó la Comisión Trilateral, (Tokio, 29 de octubre) a la que asisten representantes políticos de los países ricos y de lo que llaman las fuerzas del mercado, directores de bancos y multinacionales, junto con el presidente de EEUU, Japón y uno de Europa, que se reúnen desde entonces cada nueve meses para dirigir y controlar los destinos de la economía, con normas sobre la economía global que evite que el sistema económico entre en un colapso. La nueva economía ha pasado de generar plusvalías, como analiza Marx, a crear pluscapitales, es decir, capitales que mediante inversiones financieras se revalorizan por sí mismos. Y es esta parte, la creación de capital independiente de la economía productiva, la que hay que activar para resolver la crisis, o desarrollar el cambio. Pero como dijo Eisntein: "Los problemas no se pueden solucionar con las mismas idea que los provocaron".

Ya no podemos seguir planteando el crecimiento económico, sino el equilibrio económico, para que funcione la economía de manera eficiente con las nuevas variables que se incorporan a los factores económicos. Hasta ahora la economía política se preocupó de controlar la inflación bajando o subiendo estratégicamente los tipos de interés, con la finalidad de incentivar la inversión o frenar la economía, sobre todo en función de crear empleos, sin que se disparase la inflación, de ahí los ciclos económicos: inflación (I) = empleo (E) / inversión productiva (i). Otra manera de medir la inflación es en relación a la sostenibilidad, si se consume menos, disminuye el deterioro medioambiental. La aportación de una Renta Básica satisface el consumo base, evita un incremento de oferta para crear empleo, de manera que oferta y demanda estabilizan la inflación y se llega a la sostenibilidad. Por eso es necesario reactivar la economía a través de un consumo limitado, como base de la nueva economía, en equilibrio con la sostenibilidad y no condicionado en función a crear una oferta laboral, lo cual es posible por el exceso de dinero que se ha generado y que circula independiente del empleo gracias a las nuevas tecnologías. Sólo de esta manera se puede organizar adecuadamente la economía. Inflación (I) = sostenibilidad (S) / Renta Básica-Consumo (RB), siendo RB la cantidad de dinero que recibe cada ciudadano como mecanismo regulador de la economía. Obtenemos la ecuación del equilibrio económico:

E x RB = S x i. de lo cual se deduce que la inversión que requiere el desarrollo económico es en relación a la sostenibilidad, que coincide con lo que plantea Günter Verheugen: "La innovación de tecnología en medio ambiente hace que veamos la lucha contra el cambio climático como una oportunidad económica". La Renta Básica como un complemento, no una sustitución, al empleo. Y viceversa.

La Renta Básica se convierte de esta manera en una variable de la economía, junto a la sostenibilidad. Ambos sirven de elementos reguladores de la crisis, del cambio, pues jugar con los tipos de interés ha dejado de ser suficiente y en ocasiones es perjudicial. Lo es sólo para la inversión supeditada a la creación de empleo, lo cual es contraproducente para frenar el cambio climático. Aplicar la Renta Básica requiere un cambio fiscal, ante la dificultad presupuestaria y las insuficientes cotizaciones a la seguridad social, mediante la supresión del IRPF y los impuestos de sociedades para dar fuerza a la productividad sostenible. También establecer la homologación del IVA en Europa con los países más desarrollados, a la vez que la tasa RB, un impuesto sobre los beneficios especulativos, el pluscapital. Nos situamos en un cambio de paradigma, de modelo: la perestroika del capitalismo. Como escribiera el poeta Aleixandre: "En los bolsillos vacíos no pretendáis encontrar un silencio.

* Colaborador de Asociación Renta Ciudadana (ARENCI) Autor de los libros “La revolución del paro” y “Los fundamentos de la Renta Básica y la perestroika del capitalismo”



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jueves, febrero 21, 2008

Evasión fiscal

Estimados lectores:

En plena campaña electoral surgen estupendos artículos como el aparecido en el mundo el 20.02.2008, a raíz de lo que está aconteciendo en Alemania con la persecución de altos cargos públicos e ilustres ciudadanos que evadían impuestos al esconder su patrimonio en un paraíso fiscal.

Desde estas paginas defendemos un nuevo sistema fiscal, que en primer lugar evite la posibilidad de defraudar ya que todo impuesto se pagaría en el momento en el que exite una transacción sea esta financiera o mercantil.


Quizás lo más bochornoso es que se pueda publicar estos artículos sin que la mayoria de los partidos politicos ofrezca en su programa los medios necesarios para evitar tanto la economía sumergida como el fraude en España alcanza el 23% del PIB, lo que daría más que suficiente para colocar a nuestro estado de bienestar a la cabeza de Europa.

El Sr. Rajoy es partidario de que los inmigrantes acepten un contrato cívico, lo que no nos explicamos es porque el Sr. Rajoy no proclama también que muchos ciudadanos de nacionalidad española cumplan de la misma forma con las leyes en vigor como por ejemplo con la legislación laboral y den de alta en la Seguridad Social a estos trabajadores extranjeros. Aquí la suspicacia reside porque existe tanto trabajo no declarado y porque no se persigue de igual forma y ahinco como el que realiza la jefatura de tráfico para que los ciudadanos respeten las leyes de circulación.

Nosotros proponemos soluciones, reales y viables, que evitarían, en primer lugar los paraísos fiscales ya que si se grava en el momento en el lugar y momento en que se obtiene el beneficio no es necesario gravar el capital. En segundo lugar debemos de decir que estos fraudes se están realizando con la condescendencia de los gobernantes de todos los partidos políticos.

Por ello queremos poner este énfasis.

Quisera despedirme con una cita, que puede dar que reflexionar:

Es cosa extraña que la verdad no sea democrática. No se decide por votación qué es la verdad, de ese modo no la hallaríamos nunca. La gente votaría por lo que le es comodo, y las mentiras son muy comodas puesto que no hay nada que hacer con ellas, solo creer.

La verdad requiere de esfuerzo, de indagación, de riesgo. Y necesita que vayas solo por un camino donde nadie ha viajado antes.

Osho




Adjunto articulo del mundo.

PATRIMONIOS SUPERIORES A LOS 10 MILLONES DE EUROS

Nueve de cada 10 fortunas evaden sus obligaciones fiscales

  • El fraude se concentra en aquellas propiedades relacionadas con capital mobiliario e inmuebles
  • La economía sumergida representa el 23% del PIB

MADRID.- El colectivo de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) denuncia que alrededor del 86% de las fortunas españolas con un patrimonio superior a los 10 millones de euros elude sus obligaciones fiscales al no declarar el Impuesto sobre Patrimonio.

Según los cálculos de Gestha, realizados cruzando los datos de los tramos de la base imponible del Impuesto de Patrimonio con los datos de la banca privada, el 18% de las personas con unos bienes valorados en una horquilla entre medio millón y un millón de euros defrauda actualmente a la Hacienda Pública, mientras que la elusión sube al 45% en patrimonios estimados entre uno y 10 millones de euros.

En este sentido, los Técnicos de Hacienda explican que las mayores bolsas de evasión fiscal de las grandes fortunas se centran, principalmente, en aquellas propiedades relacionadas con capital mobiliario e inmuebles, que vienen a representar actualmente el 93% de todos los bienes y derechos declarados.

Por su parte, los bienes vinculados a actividades económicas, los seguros y rentas, así como los vehículos, pieles, joyas y objetos de arte son también "focos sospechosos de fraude", según Gestha, pero de menor cuantía patrimonial.

En la actualidad, tan solo 132 contribuyentes declaran un patrimonio neto superior a los 30 millones de euros, lo que supone unos ingresos para las arcas públicas de casi 42,5 millones, es decir, una media de 322.000 euros por declarante. Alrededor de 2.525 ciudadanos declaran un patrimonio neto total entre 6 y 30 millones de euros, aportando el 10% de la recaudación del Impuesto de Patrimonio.

Un ejemplo la actuación en Alemania

Gestha considera que la operación iniciada recientemente por la Cancillería alemana contra un millar de "adinerados" sospechosos de haber ocultado al fisco grandes cantidades de dinero transferidas al paraíso fiscal de Liechtenstein es "ejemplarizante" y debe servir "de modelo" a la administración tributaria española para actuar contra los focos principales de economía sumergida en nuestro país.

En concreto, los Técnicos de Hacienda afirman que este "exitoso golpe" contra el fraude fiscal pilotado por los servicios secretos germanos (BND), Hacienda, las fiscalías de delitos fiscales y la policía alemana contrasta con la "tímida colaboración y coordinación" con que la Agencia Tributaria española está dirigiendo la lucha contra el fraude, "muy reacia a compartir bases de datos, personal y actuaciones con las administraciones autonómicas y locales".

Por otro lado, apuntan que el hecho de que esta operación se centre en las actuaciones presuntamente delictivas de empresarios, altos directivos y grandes fortunas pone de manifiesto que la lucha contra el fraude fiscal no debe entender de "élites financieras", como tampoco de "colores políticos", sino de criterios de "eficacia, voluntad y aplicación de la ley" en beneficio de la sociedad en general.

La economía sumergida se sitúa en el 23% del PIB

El secretario general de Gestha, José María Mollinedo, lamentó que mientras otros países del entorno, como Alemania, cuya economía sumergida representa el 6% del PIB, "centran sus esfuerzos" en reducir el fraude, España sigue "alejada" de la media europea, con unas bolsas de fraude que ronda el 23% del PIB y acapara la cuarta parte de los billetes de 500 euros de la zona euro.

Así, Gestha recuerda que la cifra de economía sumergida en España podría reducirse en 10 puntos porcentuales hasta el 13% del PIB, en la media de los países del entorno, recaudando solo por impuestos unos 21.000 millones de euros anuales, si se autoriza a los 8.000 técnicos del Ministerio de Hacienda para controlar las declaraciones de la renta de estas grandes fortunas.



viernes, febrero 15, 2008

Los arquitectos de la crisis financiera actual

Estimados lectores, con permiso de D. Juant Torres Lopez, nos hacemos eco de un estupendo articulo suyo, publicado en su web: http://www.juantorreslopez.com/
quizas la reflexión mia personal más importante de este articulo consisten en desmarcarse de la idea imperante de la complejidad del mundo economico y que esta nos guste o no debe de estar al servicio de la voluntad ciudadana o de sus representantes. La economia no es algo etereo sino algo real y tangible, por lo que al igual cada persona es consciente de su realidad economica personal, y decide en que gastar y como su dinero. El dinero publico también es nuestro puesto que sale de nuestra contriubción al estado de bienestar, por lo tanto nuestros politicos tienen la obligacion moral de legislar en los asuntos economicos y no escudarse en los designios del mercado, sino legislar para controlar y regular el mercado de forma que todos los ciudadanos dispongan de las mismas condiciones y oprotunidades si deciden participar . Para ello nosotro realizamos una propuesta puramente economica que de lugar a la financiación de la Renta Básica.

Articulo:

Los arquitectos de la crisis financiera actual

¿quiénes la provocaron, quiénes ayudan a que se agudice y quiénes impiden que se resuelva?

Un nuevo texto sobre los responsables de la crisis, algo sobre lo que apenas se dice nada.
La gente normal y corriente suele tener una idea bastante difusa de las cuestiones económicas. Como los grandes medios de comunicación las presentan de forma oscura e incomprensible la mayoría de las personas piensa que se trata de asuntos muy complejos que solo entienden y pueden resolver los técnicos muy cualificados que trabajan en los gobiernos o en los grandes bancos y empresas.
Y siendo así, es también normal que se desentiendan de ellos, como cualquiera de nosotros se desentiende de lo que hace el médico, el fontanero o el mecánico cuando hablan en su jerga incomprensible o utilizan instrumentos, que nosotros ni conocemos ni sabemos utilizar, para curarnos o arreglarnos las tuberías o nuestro automóvil.
También contribuye a ello el que no se proporcione a los ciudadanos información relevante sobre lo que sucede en relación con las cuestiones económicas. Todos oímos en los noticieros de cada día, por ejemplo, cómo evoluciona la bolsa, las variaciones que se producen en el índice Nikei o los puntos de subida o bajada de unas cuantas cotizaciones pero casi nadie los sabe interpretar ni nadie explica de verdad lo que hay detrás de ellos.
Gracias a eso, los que controlan los medios de comunicación (propiedad a su vez de los grandes bancos y corporaciones) hacen creer que informan cuando lo que hacen en realidad es lo peor que se puede hacer para lograr que alguien esté de verdad informado: suministrar un aluvión indiscriminado de datos sin medios efectivos para asimilarlos, interpretarlos y situarlos en su efectivo contexto.
Nos ofrecen sesudas e incomprensibles declaraciones de los ministros y presidentes de bancos pero no proporcionan criterios alternativos de análisis y, por supuesto, presentan siempre el mismo lado de las cuestiones, como si los asuntos económicos solo tuvieran la lectura que hacen de ellos los dirigentes políticos, los empresarios y financieros más poderosos o los académicos que cobran de ellos para repetir como papagayos lo que en cada momento les interesa.
Lo que está ocurriendo en relación con la actual crisis es buena prueba de ello.
Primero decían que no había que preocuparse, que no era para tanto y que no convenía “exagerar”, según el ministro español de Economía. Y tenían la cara dura de decirlo cuando al mismo tiempo se estaba informando de que algunas de las entidades financieras más grandes del mundo estaban quebrando o cuando los bancos centrales estaban inyectando en los mercados cientos y cientos de miles de dólares, realizando así la intervención en los mercados financieros quizá más grande de toda la historia.
Luego decían que era solo una crisis de liquidez que tendría un desarrollo fugaz, que pasaría pronto.
Yo mismo, que soy probablemente el más modesto de los analistas económicos, escribía en agosto que eso era mentira, que nos encontrábamos con toda seguridad ante una crisis de solvencia (Diez ideas para entender la crisis financiera, sus causas, sus responsables y sus posibles soluciones y Algo más que una crisis hipotecaria).
Ahora leo que la Reserva Federal (en donde se supone que están los economistas mejor informados del mundo) se ha dado cuenta de eso: ¡cinco meses después que yo! (“La Reserva Federal supuso que la crisis era de liquidez, pero ahora piensa que es de insolvencia y por ello ha relajado su política monetaria”. J. Bradford Delong, “Tres remedios para tres crisis”. El País, 27 de enero de 2008).
Sobre la crisis actual se están callando en particular un asunto especialmente grave y de gran interés para los ciudadanos: sus causantes y responsables directos e indirectos.
Para engañar a la gente suelen hablar “de los mercados”. Como si los mercados pensaran, tuvieran alma y preferencias, decidieran o resolvieran por sí mismos.
Es verdad que los mercados (sobre todo si en ellos hay muchos agentes interviniendo, es decir, si hay muchísima competencia) pueden actuar como mecanismos casi automáticos. Pero para que existan los mercados (incluso los muy perfectos y con gran competencia) y para que funcionen de cualquier manera que sea, más o menos eficazmente, es necesario que haya normas. Y esas normas no las establecen para sí mismos los mercados sino los poderes públicos a través del derecho.
Las normas jurídicas son las que permiten que en los mercados se pueda llevar a cabo un comportamiento u otro, las que favorecen que existan o no privilegios en las transacciones, las que dan poder a unos agentes en detrimento de otros.
Según sean las normas existentes en cada momento, los mercados actuarán de una u otra forma y en ellos ocurrirá una cosa u otra. Y, puesto que las normas las hacen las personas y las instituciones, resulta que lo que suceda en los mercados es, en última instancia, el resultado de lo que decidamos las personas a través de las instituciones que utilizamos para imponer las normas (aunque es bien sabido que no todas las personas tienen la misma capacidad para decidir a la hora de establecerlas).
Y eso es igualmente aplicable a lo que ha ocurrido en los mercados que han provocado la actual crisis.
Como he explicado en otros artículos (Caída de las bolsas internacionales: pasó lo que tenía que pasar), lo que ha sucedido en los últimos tiempos es que los bancos de todo del mundo y los grandes inversores han desarrollado una actividad especulativa febril en torno a productos financieros que han tenido una características muy especiales.
La primera es su opacidad porque casi nadie sabe realmente cuáles son ni donde están ni quién los tienen en cada momento, puesto que circulan muy rápidamente, sin tener nada que ver con operaciones económicas reales.
La segunda es que no se reflejaban adecuadamente en las cuentas de los bancos y las empresas que invierten directa o indirectamente en ellos.
La tercera es su enorme riesgo, precisamente porque se basan en operaciones muy inestables y sutiles.
La cuarta es la falta de control a la que están sometidos por dos razones principales. Por un lado, porque los bancos centrales han venido haciendo la vista goda con tal de que los inversores ganaran dinero. Por otro, porque su calificación de riesgo depende de empresas especializadas que, al mismo tiempo, están muy implicadas en el negocio y a las que no les interesaba mostrar la verdadera y peligrosa naturaleza de estos productos.
Todas esas circunstancias son el resultado de la llamada “desregulación financiera”, es decir, de la desaparición de normas de regulación y control de los mercados financieros que se ha producido en los últimos años.
Una “desregulación”, por cierto, que no es tal, porque establecer que no haya normas, que cada uno puedo hacer lo que le venga en gana es en sí mismo una norma más, así que hablar de “desregulación” también es engañar a la gente.
Se le hace creer que eso se hace para devolver las cosas del mercado a su estado natural cuando en realidad se sigue regulando con gran fuerza, solo que ahora de forma que los poderosos campen libremente por sus respetos.
Y ha sido precisamente esta norma que establece que en los mercados financieros vale todo lo que ha provocado la crisis actual, al producirse además en un contexto ya de por sí proclive a la crisis financiera (como he explicado en mi libro “Toma el dinero y corre. La globalización neoliberal del dinero y las finanzas”. Icaria 2006).
En particular, esta nueva regulación neoliberal de las finanzas internacionales ha sido la que ha establecido un nuevo modo de hacer empresarial y bancario que tiene una relación directísima con la crisis actual que directamente proviene de Estados Unidos (a diferencia de las anteriores que se originaban en eslabones más débiles de la cadena, en Asia, México, Rusia...).
Me refiero a los cambios legales que propició el Presidente Bush hace unos años en relación con la contabilidad empresarial y que permitían que los grandes inversores, las grandes empresas y los bancos pudieran manipular sus cifras de pérdidas y beneficios para poder seguir invirtiendo sin descanso en estos productos financieros tan rentables pero al mismo tiempo tan inseguros y arriesgados.
Estos cambios legales han tenido a su vez una doble consecuencia. La primera, que la contabilidad de los grandes inversores financieros pueda falsear sin dificultad las expresiones más comprometidas de su actividad especulativa. La segunda, que las grandes auditoras se conviertan en parte integrante del gran circo especulativo.
Dos consecuencias que e traducen en un mismo y ya innegable fenómeno: la corrupción financiera generalizada en los controladores y en los controlados.
Así lo reconoce incluso un economista tan ortodoxo como el Premio Nobel de Economía Paul A. Samuelson en un artículo reciente que no puede ser más expresivo: “las bancarrotas y las ciénagas macroeconómicas que sufre hoy el mundo tienen relación directa con los chanchullos de ingeniería financiera que el aparato oficial aprobó e incluso estimuló durante la era de Bush. (“Bush y las actuales tormentas financieras”. El País, 28 de enero de 2008).
Ahora bien, si bien esto es verdad, no hay que olvidar, por otro lado, que esos cambios legales que han extendido la corrupción y el descontrol en las finanzas internacionales fueron posibles e incluso contaron con el apoyo más o menos explícito de la Reserva Federal y, por extensión, de todos los bancos centrales que, como señalé más arriba, han sido cómplices directos de los grandes inversores especulativos. Dejaron hacer, callaron y miraron a otro lado cuando sabían que se estaba larvando una burbuja gigantesca que necesariamente iba a terminar como lo ha hecho.
Pero, finalmente, no se puede dejar de mencionar un último y decisivo factor de responsabilidad que igualmente hay que reconocer como detonante de esta última crisis: los gobiernos, que han renunciado a ser la expresión ejecutiva de la soberanía popular en un asunto tan crucial como el control y la regulación democrática y racional de las finanzas y de los asuntos monetarios, de los que tan definitivamente depende la estabilidad económica, la distribución de la rente y la riqueza y, en definitiva la paz y el bienestar social.
Si se quisiera de verdad atajar la crisis, ponerle remedio para que no cause un perjuicio inmenso a la actividad productiva y evitar que se vuelva a producir hay que actuar, por lo tanto, sobre estos factores: estableciendo un rígido control de las finanzas especulativas y poniendo las fuentes de financiación internacional al servicio del desarrollo económico y social, controlando a su vez a los bancos centrales para hacer que actúen al servicio de la estabilidad y del progreso y, por supuesto, democratizando realmente a nuestras sociedades para que las cuestiones económicas que resuelven los gobiernos formen parte también (al revés de lo que hoy día sucede) de la agenda de asuntos sobre los que los ciudadanos podemos decidir.
A unos esto les parecerá una utopía, a otros poco, pero hay que empezar logrando que los ciudadanos sean conscientes de todo esto y lo exijan con fuerza a quienes hoy día nos dominan.

viernes, febrero 08, 2008

LA RENTA BASICA, O LA REVOLUCION DE LA ECONOMIA POLITICA II

Desde hace años, un grupo de ciudadanos con mayúsculas y expertos de todo el Estado llevan animando el debate sobre una cuestión tan crucial en el futuro como desconocido para el gran público leonés: la discusión sobre el modelo actual de cobertura social para crear una Renta Ciudadana como un nuevo Derecho Social. Paradójicamente, la discusión sobre esta Renta ha podido saltar desde León al Congreso de los Diputados y el Parlamento Europeo gracias, entre otras, a la vehemencia de la Asociación ARENCI (Asociación Renta Ciudadana) y a pesar del desinterés generalizado entre quienes deberían potenciar el conocimiento y debate sobre esta cuestión.

Sin embargo, los esfuerzos realizados en el Congreso de los Diputados para llevar al debate el trabajo de ARENCI se han topado con el desinterés del Gobierno Socialista por iniciar la labor de la Subcomisión Parlamentaria aprobada en su momento. Sorprende este comportamiento cuando estamos hablando de una cuestión que el PSOE ha utilizado como reclamo electoral en el Parlamento Europeo o recientemente en el programa electoral para León en los recientes comicios locales y autonómicos.

IU de León defiende la creación de una Renta Ciudadana Universal para garantizar unos ingresos mínimos, pueden ser 300 euros e incluso el Salario Mínimo Interprofesional, independientemente de que trabajen o no por el mero hecho de ser ciudadanos, vuelve a insistir en la necesidad de caminar hacia su aplicación y coincide con los miembros de ARENCI en la necesidad de fomentar el debate social sobre qué tipo de Renta Básica debe implantarse en España. Para IU y ARENCI el Cuarto Pilar, los SERVICIOS SOCIALES, son intocables y aunque algunos teóricos de la derecha económica y fuerzas políticas empiezan a subirse al carro de la Renta Básica para justificar el desmantelamiento del Estado del Bienestar consideramos que esta Renta debe reforzarlo sin paliativos. El objetivo de lograr la Democracia económica está íntimamente ligado a una Renta Básica progresista que revolucione la cobertura social, fomente una política económica transformadora de la sociedad y dote, junto al reforzamiento de los servicios públicos ligados a la Ley de Dependencia, de un nuevo pilar al modelo social del Estado.

Por otro lado, los pasos iniciados en el Parlamento Europeo para estudiar la implantación de una Renta Básica en todo el territorio de la Unión pueden suponer un paso crucial importantísimo para asegurar unos recursos mínimos de supervivencia a una ciudadanía que ve cada día como sus conquistas sociales desaparecen y el mercado laboral se precariza a pasos agigantados y acelerar el trabajo en España.

Sin embargo, la actividad de sus defensores y los primeros pasos institucionales parecen no cuajar en un debate amplio sobre su implantación, su repercusión en el Modelo Social Europeo y el Estado del Bienestar, los pros y contras de su implantación y el espinoso asunto de su financiación. Espero que la próxima legislatura IU disponga de fuerza suficiente en las Cortes Generales como para agilizar el debate y clarificar estas cuestiones para relanzar y ampliar el análisis de la Renta Básica en León y su implantación a nivel europeo, y mundial.

Mientras esto ocurre IU ha cogido el guante ofrecido por ARENCI en León, varias Comunidades Autónomas y en el Congreso de los Diputados. Una Proposición No de Ley del Grupo Federal de IU-ICV, presentada en junio de 2005, desembocó en el voto favorable a la constitución de una Subcomisión donde debatir con diferentes expertos y movimientos sociales la implantación de la Renta Ciudadana para todos los españoles y españolas. Lástima que la legislatura haya acabado sin constituirla. Un análisis y discusión que debemos recuperar tras el 9 de marzo y puede provocar una auténtica revolución en el Estado del Bienestar, si logramos disfrutarlo, un proceso real de redistribución de la riqueza hacia los grupos sociales más débiles y revolucionar el modelo de desarrollo económico y social. No puedo negar que mi valoración es muy optimista, queda mucho por hacer, y el modelo de la Renta Básica no debe cerrarse en falso o bajo criterios alejados de una visión progresista del desarrollo social. Pero tampoco podemos perder la perspectiva de mejorar las condiciones de vida allá donde debemos y mostrar una fórmula de redistribución de la riqueza sostenible a nivel mundial. Estamos en el comienzo, de nosotros depende un final adecuado y ajustado a una sociedad más justa. Solo debemos tomar el toro por los cuernos y llegar hasta las últimas consecuencias. Ahí tenemos el reto.

Santiago Ordóñez González. Coordinador Local de IU en León. Candidato al Congreso por IU.


viernes, febrero 01, 2008

Los 400€ y la renta básica

Zapatero promete deducir 400€ del IRPF a pensionistas y trabajadores con sueldos bajos. Algunos ven en ello un reflejo de la famosa «Renta Básica de Ciudadanía» que el PSOE anunció como propuesta estrella para las elecciones de 2004 (Diario de León, 12/06/2001). Nada más lejos de la realidad. El documento marco “Ciudadanía, Libertad y Socialismo: Un partido en la España del s. XXI”, aprobado por la Conferencia Política del PSOE en Madrid (20-21 de julio de 2001), nos lo aclara:

«Nuestro objetivo y nuestra propuesta, será hacer realidad una Renta Básica de Ciudadanía, es decir, garantizar unos ingresos mínimos para todos los ciudadanos con carácter universal e incondicional, que se constituya como el mínimo vital de subsistencia que toda persona o familia necesita para vivir» (punto 87) .

Pero, como todos sabemos, fue una propuesta estrellada y Zapatero no es amigo de dicha medida: votó contra sendos proyectos de ley de Renta Básica, presentados por IU y ERC en octubre de 2007. Es más, tampoco permitió que se abriera una subcomisión parlamentaria sobre el tema; Incumpliendo, así, el deber que le marcó la resolución nº 85 en el debate sobre el Estado de la nación de 2005: «El Congreso de los Diputados considera necesaria la creación de una Subcomisión en el seno de la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales para la elaboración de un estudio sobre la viabilidad económica de una renta básica universal. El Gobierno deberá colaborar con el funcionamiento de esta Subcomisión aportando la documentación e información necesaria para el desarrollo de sus trabajos»

El PSOE aprobó la «renta básica de emancipación» como otra argucia más pora atraer votos. Y ha hecho mal, pues induce a error respecto del auténtico concepto de «Renta Básica». ¡A quién se le ocurre confundirla con una ayuda de 210 € al mes... para pagar el alquiler! No la confundan ustedes ahora con la ganga electoral de los 400€ zapateriles.

El nombre y el concepto de la Renta Básica están siendo desvirtuados, manipulados y falsificados con fines electoreros en varias comunidades autónomas como el País Vasco, Asturias o, recientemente, Andalucía y Cantabria: se enmascaran los viejos “Ingresos Mínimos de Inserción” (IMI) con un nombre nuevo y sugerente, pero vacío de contenido que lo justifique. Los socialistas se han sumado a esta ceremonia de confusión. ¡Qué lejos quedan estos 400€ de aquella definición congresual! Recordemos, además, que el término aludido es traducción de la expresión inglesa «Basic income»; lo inventó el economista José Iglesias Fernández en los años ochenta y lo puso en circulación de forma notoria en 1998 con su libro “El derecho ciudadano a la Renta Básica” (ver: rentabásica.net).

Desde hace más de veinte años, ciertas asociaciones venimos proponiendo la “Renta Básica” para todos, ricos y pobres... Su fin es sanear el sistema económico y garantizar el derecho de todo ciudadano a la existencia, respaldar sus iniciativas emprendedoras y permitirle un mayor ejercicio real de su libertad. Los filósofos belgas Philippe Van Parijs y Robert J. Van der Veen (Universidad Católica de Lovaina) hicieron, en 1986, el lanzamiento contemporáneo de la idea. Para algunos, se remonta al teólogo y eximio jurista holandés Hugo Grocio (1583-1645), pariente ideológico de los teólogos humanistas españoles de la Escuela de Salamanca, como el dominico Francisco de Vitoria. Podría entenderse, incluso, como concreción práctica del “destino universal de los bienes” que reclama la Doctrina Social de la Iglesia...

La Asociación Renta Ciudadana (ARENCI-León) elevó al Parlamento Europeo la petición de un estudio sobre la conveniencia de aplicar la Renta Básica en la zona monetaria euro (petición nº 112/2006), y que actualmente está admitido en tres comisiones: Empleo y Asuntos Sociales, Presupuestos y Medio Ambiente. Contamos con el apoyo de socialistas como Dª Elena Valenciano, pero el partido no se implica; y sigue aprobando, sin asomo de vergüenza, pensiones por debajo del nivel de la pobreza.

ARENCI recomienda un nuevo planteamiento financiero y fiscal, ver (rentabasica.blogspot.com), a partir de la única teoría económica que, hoy por hoy, puede acoplar la Renta Básica en la economía real: la Teoría Alternativa que explica Ramiro Pinto en “Los fundamentos de la Renta Básica y la «perestroika» del capitalismo” (Madrid: Entimema, 2003). Si leen el prólogo de Fernando Savater (el de Unidad, Progreso y Democracia) sabrán por qué lleva años apoyando nuestra causa... También pedimos que se cree una Comisión Interministerial ordenada al estudio de dicha medida. No urgimos a que se apruebe Ley alguna sin más ni más, sino a que se estudie en profundidad la propuesta: establecer, como derecho de ciudadanía, el recibir una renta mensual que garantice la subsistencia económica a todos los ciudadanos residentes en la zona en cuestión (sea España, sea la Zona Euro), independientemente de su situación laboral o de cualquier otra circunstancia. La cantidad a percibir, individualmente devengada, se modularía según la edad del perceptor y sería una constante al compás del PIB que se establece sobre el umbral de la pobreza (el 50% de la renta media del área geográfica de referencia, 550 € para la zona euro en enero 2007). No somos los primeros ni los únicos en proponer la Renta Básica, pero sí somos los primeros y los únicos, por ahora, que proponemos un nuevo paradigma: una teoría económica alternativa capaz de fundamentar y encajar la renta básica en el engranaje económico de nuestros países capitalistas avanzados. Si éstos la establecen, la Renta Básica se extenderá a los demás en una suerte de «efecto mariposa».

La RB ha de ir acompañada de un modelo acorde de financiación que la haga sostenible; y solamente puede desarrollarse con éxito si se hace en el ámbito de una zona monetaria. Nunca insistiremos bastante en que no se trata de una medida para adaptar la Realidad a una ideología particular, como ya se intentó en la Unión Soviética y fracasó, sino de una herramienta que estimamos útil para adaptar racionalmente la economía a las necesidades de la gente y no a las de un partido o grupo empresarial. Será útil sólo mientras lo sea para adaptar el funcionamiento económico a la vertiginosa evolución del mundo real. Que nadie se engañe, lo que proponemos va más allá de una medida electorera. Otra cosa es que algún político cuco, saltándose el estudio económico necesario, levante el estandarte montañoso de la RB como mero reclamo electoral. No le arrendamos la ganancia más allá de los votos, pues tal medida, por razones obvias, fracasará. Pedimos que se hagan estudios serios en cada partido. Lo que proponemos es fruto de la investigación, el desarrollo y la innovación económica, y será resultado de la evolución social; no un salto en el vacío, ni el sueño de una noche de verano. Lean, señores políticos, escuchen y reflexionen; y antes de aprobar leyes, las que sean, piensen que, como la Madre Naturaleza, la Cultura, la Política y la Economía de una sociedad tampoco evolucionan a saltos.

Parece que a los partidos con posibilidades de alcanzar el poder, no les interesa nuestra propuesta. ¿Será porque, afanados en ganar votos, no tienen tiempo para estudiarla? Fingen escuchar. Parece que les gusta ir por caminos trillados, volver a recetas fracasadas, o a la vana ilusión del «pleno empleo» en plena agonía de la «civilización del trabajo». ¿O tendrá razón Mary Lehmann al afirmar que a los políticos no les gusta la Renta Básica, porque pierden el control del gasto, que es su verdadera fortaleza?: «Votar que el dinero vaya directamente al ciudadano para que éste lo gaste como quiera presupone de hecho como necesario que un político no sea egoísta. Pero a éste le gusta manejar el dinero y los contratos selectivamente. Para él, una distribución estándar de dinero entre todo el mundo equivale a la privatización, no de los servicios del gobierno sino del gobierno en sí». En una sociedad democrática no es posible establecer la «Renta Básica» sin contar con ellos; porque integran, o aspiran a integrar, el gobierno de las corporaciones locales y autonómicas, y el poder legislativo nacional o de la Unión Europea. A ellos, como representantes de la soberanía popular, les corresponde hacer las leyes oportunas. Pero los ciudadanos encuadrados fuera de los partidos tenemos el derecho, y hasta el deber, de participar y acercarles nuestras peticiones y sugerencias, no sólo reproches y exigencias sin fundamento. Luego no valen quejas. Si la visión del político es la que denuncia Mary Lehmann, la Renta Básica por sí misma no parecerá nunca como apuesta ganadora. Sin embargo, con nuestro voto y la calle, nuestros políticos son, en buena medida, lo que nosotros les dejamos que sean. Siempre habrá nuevas elecciones.

Rajoy dijo que «Los que creemos en la gente dejamos el dinero en sus manos» y que «La gente es más eficaz que la Administración con el dinero» (Diario de León, 25-11- 2007). Estas ideas, por extraño que parezca, encajan perfectamente con nuestra propuesta de renta básica en un contexto de economía social de mercado. ¿Ocurrirá como con la mili obligatoria, que acabó suprimiéndola el PP en vez del PSOE? ¿Ya olvidó Zapatero lo que prometió «tema estrella» para las elecciones de 2004? En Finlandia, con una cobertura social muchísimo más generosa que la nuestra, los Verdes, socios del gobierno central socialista, proponen establecer una renta ciudadana de 400 euros para todos; y aquí Zapatero y Rajoy... ya ven... andan a los votos.

Astorga 29 de enero de 2008

Horacio García Pacios (presidente de ARENCI)