lunes, junio 19, 2006
LAMENTOS FINGIDOS
Renta Básica y Lamentos fingidos:
La Conferencia de Presidentes de Parlamentos Autonómicos (Coprepa) se lamenta de que “existe un gran desconocimiento por parte de los ciudadanos de la actividad de estas instituciones” (prensa 25- 5-2006). No me extraña, pues el caso que le hacen los parlamentarios a las propuestas de los ciudadanos es poco o nulo. Dicen que este alejamiento “les ha obligado a buscar fórmulas y medidas para combatirlo”. Una de ellas, “acordada por unanimidad”, es la de “poner en marcha mecanismos de participación a través del uso de las nuevas tecnologías”. Así, “los ciudadanos tendrán la opción de presentar iniciativas y sugerencias a los parlamentarios”. Lo malo es que sólo nos indican en qué consiste tal novedad; pero no especifican cómo ejercerla en la práctica. No aportan nada nuevo, pues cómo ejercer el derecho de petición ya lo sabemos. Por eso, el lamento anterior suena fingido. En ARENCI (Asociación Renta Ciudadana) tenemos experiencia de cuál es el verdadero interés de algunos políticos: cobrar, figurar y la poltrona. Debo recordar la nula atención que la Comisión sobre Población (creada por las Cortes de Castilla y León) nos prestó la primavera del 2004, cuando pedimos que se considerase la implantación de una Renta Básica de Ciudadanía, basándonos en ocho años de estudios de D. Ramiro Pinto Cañón, autor del libro “Los fundamentos de la Renta Básica y la ‘perestroika’ del capitalismo. Teoría alternativa sobre economía política en la sociedad tecnológica y del bienestar” (Madrid: Entimema, 2003.) En el Congreso de los Diputados pasa algo parecido: ¿Qué fue de la resolución nº 85 del debate sobre el estado de la Nación de 2005 (11 de mayo)? Ya pasó el debate de 2006 (30 y 31 de mayo) y todavía no se ha puesto en marcha la prometida subcomisión para el estudio de la Renta Básica, dentro de la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales del Congreso. La nº 85 decía: “El Gobierno deberá colaborar con el funcionamiento de esta Subcomisión aportando la documentación e información necesaria para el desarrollo de sus trabajos”; pero, al parecer, es prioritario ocuparse de los presuntos “derechos” de los simios, o del teléfono exclusivo para homosexuales maltratados, como si este colectivo no tuviera necesidades más perentorias, sobre todo los pobres y de humilde condición. Luego se quejan, nuestros políticos, de que sube la abstención y de la escasa o nula credibilidad que nos merecen.
Horacio García Pacios (Presidente de ARENCI en León y Castilla, Trabajador Social)
La Conferencia de Presidentes de Parlamentos Autonómicos (Coprepa) se lamenta de que “existe un gran desconocimiento por parte de los ciudadanos de la actividad de estas instituciones” (prensa 25- 5-2006). No me extraña, pues el caso que le hacen los parlamentarios a las propuestas de los ciudadanos es poco o nulo. Dicen que este alejamiento “les ha obligado a buscar fórmulas y medidas para combatirlo”. Una de ellas, “acordada por unanimidad”, es la de “poner en marcha mecanismos de participación a través del uso de las nuevas tecnologías”. Así, “los ciudadanos tendrán la opción de presentar iniciativas y sugerencias a los parlamentarios”. Lo malo es que sólo nos indican en qué consiste tal novedad; pero no especifican cómo ejercerla en la práctica. No aportan nada nuevo, pues cómo ejercer el derecho de petición ya lo sabemos. Por eso, el lamento anterior suena fingido. En ARENCI (Asociación Renta Ciudadana) tenemos experiencia de cuál es el verdadero interés de algunos políticos: cobrar, figurar y la poltrona. Debo recordar la nula atención que la Comisión sobre Población (creada por las Cortes de Castilla y León) nos prestó la primavera del 2004, cuando pedimos que se considerase la implantación de una Renta Básica de Ciudadanía, basándonos en ocho años de estudios de D. Ramiro Pinto Cañón, autor del libro “Los fundamentos de la Renta Básica y la ‘perestroika’ del capitalismo. Teoría alternativa sobre economía política en la sociedad tecnológica y del bienestar” (Madrid: Entimema, 2003.) En el Congreso de los Diputados pasa algo parecido: ¿Qué fue de la resolución nº 85 del debate sobre el estado de la Nación de 2005 (11 de mayo)? Ya pasó el debate de 2006 (30 y 31 de mayo) y todavía no se ha puesto en marcha la prometida subcomisión para el estudio de la Renta Básica, dentro de la Comisión de Trabajo y Asuntos Sociales del Congreso. La nº 85 decía: “El Gobierno deberá colaborar con el funcionamiento de esta Subcomisión aportando la documentación e información necesaria para el desarrollo de sus trabajos”; pero, al parecer, es prioritario ocuparse de los presuntos “derechos” de los simios, o del teléfono exclusivo para homosexuales maltratados, como si este colectivo no tuviera necesidades más perentorias, sobre todo los pobres y de humilde condición. Luego se quejan, nuestros políticos, de que sube la abstención y de la escasa o nula credibilidad que nos merecen.
Horacio García Pacios (Presidente de ARENCI en León y Castilla, Trabajador Social)
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