Estimado Lectores:
Desde estas paginas os animamos a participar el día 25 de Septiembre, en la manifestacion pacifica de ocupación del Congreso.
Los políticos aunque no se den por aludidos cada vez se tienen que enfrentar a los ciudadanos en todos los actos oficiales. Basta ya de tantas prevendas y que se apliquen las leyes que hacen para los demás.
Os proponemos un articulo que ha llegado hasta nuestro correo, al parecer publicado el día 6 de Septiembre en un Diario Alemán, con el fin de ir tendiendo puentes entre las naciones.
Hay que evitar a toda costa que como en Cataluña los que gobiernan ante las medidas que toman y su incapacidad demostrada, busquen el enfrentamiento a través de un falso nacionalismo, cuyo único objetivo es mantenerse en el Poder, a la vez que se provoca otro nacionalismo español que distrae a los ciudadanos de las necesidades reales y las alternativas.
Cada día hay más ciudadanos conscientes de que no se están tomando las medidas adecuadas.
Os dejamos con el articulo firmado por
Stefanie Claudia Müller.
Traducción de un artículo publicado el jueves en varios periódicos
económicos alemanes, por su corresponsal en España
Hoy, 6 de septiembre, se encuentran en Madrid los gobiernos de Alemania y
España,
acompañados de un nutrido grupo de
empresarios, y donde seguro hablarán sobre las condiciones para poder
otorgar más ayudas financieras a España o a su sistema bancario. En los dos
lados se ha elevado el tono en los últimos meses y es con gran expectación que
España espera ahora la decisión que va a tomar el Tribunal Constitucional
alemán, que esa sí es crucial, el día 12, sobre la conformidad o no del rescate
europeo y las obligaciones derivadas para los alemanes.
En Alemania crece la
critica contra la supuesta "mentalidad de fiesta" de los españoles;
en España los medios cada vez son más negativos con la supuesta dureza de la
canciller Merkel. Pensamos que la situación es mucho más compleja de lo
que presentan ambos gobiernos y la mayoría de los medios. España no es
Grecia, pero España puede ser un paciente crónico si Alemania, junto con Europa,
no contribuye a solucionar sus verdaderos problemas.
España no debería recibir
más dinero sin que se cambie a fondo el sistema político y económico, hoy en
manos de una oligarquía política aliada con la oligarquía económica y
financiera, y sin que se aumente la participación ciudadana real en las
decisiones políticas. Para no perpetuar la crisis y endeudar a los españoles
durante generaciones, el Gobierno español debe reformar a fondo la
administración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos, en su mayoría
en bancarrota y completamente fuera de control, sometiendo a referéndum el
modelo de Estado.
Este tema es la clave del
futuro de España, porque las regiones, ayuntamientos y diputaciones son los
responsables de los dos tercios del gasto público -234.000 millones frente a
118.000 el Estado en 2011-, excluyendo la Seguridad Social -23.000 millones-, y
este gasto se realiza en condiciones de descontrol, despilfarro y corrupción
totalmente inaceptables. Las razones verdaderas de la crisis del país, en consonancia
con lo dicho, nada tienen que ver con salarios demasiado altos -un 60 % de la
población ocupada gana menos de 1.000 euros/mes-, pensiones demasiado altas -la
pensión media es de 785 euros, el 63% de la media de la UE-15- o pocas horas de
trabajo, como se ha trasmitido a veces desde Alemania. A España tampoco le
falta talento, ni capacidad empresarial ni creatividad. Tiene grandes
pensadores, creativos, ingenieros, médicos excelentes y gestores de primer
nivel.
La razón de la enfermedad
de España es un modelo de Estado inviable, fuente de todo nepotismo y de toda
corrupción, impuesto por una oligarquía de partidos en connivencia con las
oligarquías financiera y económica, y con el poder judicial y los organismos de
control a su servicio. En España no existe separación de poderes, ni
independencia del poder judicial, ni los diputados representan a los
ciudadanos, solo a los partidos que los ponen en una lista. Todo esto lleva
también a una economía sumergida que llega al 20% del PIB y que frena la competencia,
la eficacia y el desarrollo del país. Además, detrae recursos con los que
podrían financiarse educación y sanidad.
Las ayudas para España,
igual que para otros posible candidatos de rescates, no deben ir a bancos ya
casi en bancarrota y fuertemente politizados. En la CAM, el Gobierno ha
comprometido 16.000 millones de dinero público en lugar de cerrarla; en Bankia,
23.000, y el Ejecutivo acaba de darle 5.000 millones urgentemente para cubrir
pérdidas en vez de cerrarla, y además de forma tan extraña que despierta todo
tipo de recelos. ¿Por qué se ha utilizado el dinero de los españoles (FROB) en
vez de esperar los fondos de la UE? Es lícito suponer que la razón es la
siguiente: los bancos no quieren que la UE investigue sus cuentas.
Control estricto y duras
condiciones. Ya el caso de Grecia ha demostrado que las ayudas europeas tienen
que estar vinculadas a un control estricto y condiciones duras. Esas
condiciones no pueden solamente representar recortes sociales o subidas
brutales de impuestos, como hace ahora el Gobierno de Mariano Rajoy con la
excusa de Europa . Se tiene que cambiar más en España que cortar gasto social,
que de todos modos es mucho más bajo que en Alemania, y hay otros gastos
infinitamente más relevantes que se pueden eliminar. Además, los casos de
corrupción resultan tan escandalosos, incluso en el propio Gobierno, que uno
solo puede llegar a una conclusión: el dinero de Europa no puede ser
manejado por personas tan increíblemente venales.
La pasada semana el
ministro de Industria Soria -imputado también por corrupción
urbanística en Canarias- acusó al ministro de Hacienda en el Consejo de
Ministros de favorecer descaradamente a la empresa líder de renovables,
Abengoa, de la que había sido asesor, en la nueva regulación de estas energías,
que reciben más de 7.000 millones de euros de subvenciones anualmente. Y Rajoy,
al que entregó una carta probatoria, ni dijo ni hizo absolutamente nada.
No puede permitirse por
más tiempo este nivel de corrupción, y menos aún a 17 regiones funcionando como
estados independientes, con todos los organismos multiplicados por 17, desde 17
servicios meteorológicos a 17 defensores del pueblo, con 200 embajadas, 50
canales de TV regionales en pérdida, 30.000 coches oficiales o 4.000 empresas
públicas que emplean a 520.000 personas, creadas específicamente para ocultar
deuda y colocar a familiares y amigos sin control ni fiscalización alguna. En
conjunto, unos 120.000 millones, equivalentes al 11,4% del PIB, se despilfarran
anualmente en un sistema de nepotismo, corrupción y falta de transparencia.
Y con esto se tiene que
acabar, entre otras cosas, porque ya no hay dinero. Los últimos datos de las
cuentas públicas conocidos la pasada semana son escalofriantes. El déficit del
Estado a julio ascendió al 4,62% del PIB, frente a un déficit del 3,5%
comprometido con la UE para todo el año (del 6,3% incluyendo regiones y
ayuntamientos). Pero lo realmente inaudito es que España está gastando el doble
de lo que ingresa. 101.000 millones de gasto a julio frente a 52.000 millones
de ingresos, y precisamente para poder financiar el despilfarro de regiones y
ayuntamientos, que no están en absoluto comprometidos con la consolidación
fiscal.
El tema del déficit
público es algo que roza la ciencia ficción, y que ilustra perfectamente la
credibilidad de los dos últimos gobiernos de España. En noviembre de 2011, el
Gobierno dijo que el déficit público era del 6% del PIB; a finales de
diciembre, el nuevo Gobierno dijo que le habían engañado y que el déficit era
superior al 8%, y que se tomaba tres meses para calcularlo con toda precisión.
A finales de marzo, se dijo que definitivamente era del 8,5%, y ésta fue la
cifra que se envió a Bruselas. Dos semanas después, la Comunidad de Madrid dijo
que sus cifras eran erróneas y el Ayuntamiento de la capital igual… el déficit
era ya del 8,7%.
Sin embargo, la semana
pasada el INE dijo que el PIB de 2011 estaba sobrevalorado y, con la nueva
cifra, el déficit era del 9,1%; dos días después, Valencia dijo que su déficit
era de 3.000 millones más; o sea, que estamos en el 9,4% y las otras 15 CCAA y
8.120 ayuntamientos aún no han corregido sus cifras de 2011. Lo único que
sabemos es que están todas infravaloradas. El déficit real de 2011 puede estar por
encima del 11%, y en 2012 se esta gastando el doble de lo que se ingresa. Como
dice el Gobierno de Rajoy, “estamos en la senda de convergencia”. Y es verdad…
de convergencia hacia Grecia.
Claramente, la joven
democracia española tiene todavía muchos déficits de representatividad y de
democracia que deberían interesar a la canciller Merkel y también a Europa, si
queremos evitar una Grecia multiplicada por cinco y salvar el euro. Esto es lo
que ha hecho posible el despilfarro masivo de las ayudas europeas, con una
asignación disparatada de las mismas, a pesar de que estas ayudas han supuesto
una cifra mayor que la del Plan Marshall para toda Europa.
Es frustrante que a causa
de este sistema oligárquico nepotista y corrupto se destroce talento y creatividad
y que ahora muchos jóvenes se vean forzados a trabajar fuera, muchos en
Alemania. Esa situación nos ha llevado a una distribución de riqueza que es de
las más injustas de la OECD. La antaño fuerte clase media española está siendo
literalmente aniquilada.
Resumiendo: no es una
falta de voluntad de trabajo, como se piensa tal vez en algunos países del
norte de Europa, lo que hace que España sufra la peor crisis económica de su
Historia. Es un sistema corrupto e ineficiente. La crítica del Gobierno alemán
y sus condiciones para un rescate de España se deberían concentrar en la
solución de esos problemas. En caso contrario, solo conseguirán que una casta p
olítica incompetente y
corrupta arruine a la nación para varias generaciones.
*Stefanie Claudia Müller es
corresponsal alemana en Madrid y economista;
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