sábado, marzo 28, 2009
Krugman tiene razón. El Plan no sirve
Este es el titulo de un interesante artículo publicado en www.elconfidencial.com, que adjuntamos a continuación. Nosotros desde nuestra ignorancia, no vamos a dudar de las palabras de todo un premio nobel, y aunque no coincidamos en las formas, desde luego entendemos que el camino emprendido por la clase política y las medidas que se están tomando tanto en EEUU como en España no solucionan nada y como mucho empeoraran las cosas. Como tenemos bastante con lo nuestro, vamos a centrarnos en lo que esta sucediendo en nuestro país.
¿A quien se esta ayudando con las medidas?
¡A los ciudadanos! o ¡A los que se han enriquecido todos estos años!
¿Dónde esta el origen de la crisis?
Aunque todo empezó con una estafa en EEUU, la realidad, es que existe un sobre-endeudamiento tanto de la sociedad de EEUU como de la sociedad española.
Se ha producido más de todo, existe sobrecapacidad productiva, tanto en sectores como la construcción más de un millón de viviendas sin vender, o el sector automovilístico.
Al calor de los bajos tipos de interés y el dinero fácil, nos hemos endeudado más de lo que podíamos, sin que los controles de riesgos de las entidades financieras detectaran, el riesgo que estas entidades estaban asumiendo.
Por arte de magia los ahorros de los próximos 30 años, traídos a presente mediante la correspondiente hipoteca, aparentemente han desaparecido y además no dudamos que estarán concentrados en muy pocas manos.
En españa, no existe un sector industrial que sea capaz tomar el relevo del sector de la construcción. Pese a haberles ido muy bien, la solución no pasa por más obra publica, obra si pero la necesaria, sino por una reestructuración de nuestro tejido productivo, todo lo demás supone dilapidar el dinero de los contribuyentes.
Los ciudadanos, han visto cercenado durante estos últimos diez años su poder adquisitivo, el 70% de los asalariados, son mileuristas.
Con estos datos, la solución no pasa ni por abartar el coste del despido, ni por otorgar subvenciones. Ni por comprar malas inversiones(activos tóxicos). Sino por favorecer los ingresos de los ciudadanos, reformando la fiscalidad a través de una renta básica.
Hasta ahora con las ayudas(discutibles) otorgadas a las entidades lo único que se ha conseguido es que estas ayuden a los grandes promotores adquiriendo esos bienes, con el objetivo de asegurarse el cobro de la deuda y de que esos prestamos no entren en mora, lo que les obligaría a más dotaciones .
En cambio a aquel ciudadano que pierde el empleo, no solo pierde el empleo, pierde también los ahorros de toda la vida, al quedarse sin la vivienda por no poder hacer frente a la deuda adquirida. Además el sistema es tan injusto que se puede quedar con la deuda y sin la vivienda. Como se permite este ultraje.
Si lo que se desea es ayudar, debería de avalarse a los ciudadanos que quedan en paro y a aquellos autónomos que la caída de la demanda estrangula la viabilidad de su negocio. Estas personas son las que están sufriendo con toda su crudeza la crisis.
Avalando a estos ciudadanos por su vivienda habitual, se esta avalando indirectamente a las entidades financieras. Las garantías (viviendas) son bienes tangibles y reales.
El actual sistema económico no puede continuar de la forma que esta funcionando, estamos saltando de una burbuja a otra. Se esta produciendo una tremenda concentración de los capitales. Las 365 personas más ricas del mundo poseen el 40% de la riqueza mundial.
La apuesta debe pasar por una reforma seria de la fiscalidad, para fomentar una adecuada redistribución de la riqueza sin el menoscabo de que quien más aporta a la sociedad reciba más a cambio, eso si pagando proporcionalmente a los recursos de la sociedad que utiliza.
No puede ser que nuestra propia fiscalidad permita los paraísos fiscales porque no gravemos la riqueza en el lugar y momento en el que se produce.
No puede ser que nuestra fiscalidad grave lo que se produce en españa con un 40% del precio y que lo que se importa solo sea gravado con un 16%. En Dinamarca lo que importan es gravado con un 30% de su precio.
Estas reformas son necesarias porque sino se acometen nuestra industria no puede ser competitiva , ya que debe de luchar contra el lastre que supone una nefasta política fiscal. Se puede adecuar la fiscalidad de forma que nuestra industria no se vea obligada a exportar nuestro estado de bienestar, que es lo que sucede en estos momentos.
Es necesario una regeneración ética de la clase política, en estos momentos impera más el interés personal y partidista que el servicio a los intereses de la sociedad y los ciudadanos. Las listas deben de ser abiertas y la designación personal.
Es necesario legislar para evitar el enriquecimiento fraudulento de los altos ejecutivos y políticos, a costa de los accionistas y ciudadanos. Es necesario exigir responsabilidades por los desmanes que se están produciendo.
Si cae la demanda, que hace que se recaude menos, a la vez se reducen los impuestos, y se aumenta el gasto publico, beneficiando a unos pocos con la excusa de la crisis, nos dirigimos a la quiebra de nuestro estado de bienestar.
La única forma de evitar la catástrofe, pasa por adaptar nuestra estructura impositiva de forma que lo que se recauda a través del consumo y de la inversión o especulación(Tasa RB), pueda ser redistribuido a los ciudadanos manteniendo el actual sistema de bienestar.
Esto es posible si políticamente existe voluntad de realizarlo.
Esto nos permitiría apoyar a los ciudadanos a través de una renta básica de ciudadanía y mantener un consumo constante, evitando que las crisis afecten tan tremendamente a los ciudadanos.
Apoyar al sistema actual, no nos lleva a ningún lado, aquellas empresas que haya asumido riesgos excesivos con conocimiento de causa debe de apechugar con las consecuencias, de lo contrario no se las debe de ayudar, no hay causa más injusta que paguen los trabajadores por los desmanes del crecimiento descontrolado, fomentado por la especulación.
A continuación articulo del confidencial
Krugman tiene razón. El Plan no sirve
@S. McCoy - 25/03/2009
Estados Unidos tiene un nuevo Plan y, como no podía ser de otra manera, la controversia está servida. Frente a lo que ocurriera con la idea original de Paulson, al menos Geithner ha tenido el mérito de dividir a la comunidad financiera norteamericana. Algo es algo. Los mercados bursátiles, en el corto plazo, han dictado su veredicto: pulgar arriba. Está por ver si la subida es consecuencia directa de la propuesta o, por el contrario, se debe a factores técnicos ya que el violento movimiento al alza coincide con la ruptura tanto de la media móvil de 50 sesiones como de la directriz bajista desde octubre de 2007 del S&P 500, el principal selectivo norteamericano. Y es que la iniciativa de la Administración Obama sigue pendiente de una enormidad de detalles y su ejecución se demorará, como poco, otros dos meses en el tiempo, siendo optimistas. Demasiado pronto como para darla por válida de forma tan efusiva pese a haber, de hecho, tan pocos motivos para ello.
El árbol de decisión seguido por los distintos analistas a la hora de estudiar la propuesta pasa por tres niveles: su necesidad, en primer lugar; su idoneidad, en segundo término; y su aplicabilidad, para concluir. Es una evidencia la validez del primer elemento de juicio, dada la coyuntura en la que se encuentra el sistema bancario americano... y no sólo él. Había/hay que hacer algo. De acuerdo. Prueba superada. Paso dos. ¿Adecuado? Error. El Plan no pasa el corte en los segundos 18 hoyos. Qué le vamos a hacer. Y no se debe, como afirman otros comentaristas, al hecho de que supone un injustificado cambio de foco desde la solvencia a la liquidez que persigue ayudar a unos tiburones de Wall Street en vías de extinción. Sobre la primera se puede actuar tanto desde el lado del pasivo, inyectando capital, como desde el activo, sacando del balance posibles fuentes de pérdida adicional. Ni siquiera compro hoy el argumento del riesgo asimétrico en el que incurren tanto el Tesoro como la Reserva Federal, cuyo balance, impagable artículo ayer de John Taylor en FT, empieza a alcanzar dimensiones siderales. Qué va. La razón última es que se desvía de las causas y, por tanto, de las posibles soluciones efectivas para solventar la crisis actual.
Lo explica estupendamente Henry Blodget, estrella emergente de la blogosfera financiera con su Clusterstock, en el siguiente post que se apoya en los pensamientos de un James Galbraith al que citamos el pasado sábado en nuestro Valor Añadido sobre el Quantitative Easing. El antiguo banquero de inversión hace un recorrido por los errores de concepto en los que, en su opinión, está incurriendo el nuevo Secretario del Tesoro. El problema de la economía no es que la banca no preste hoy, sino que ha prestado demasiado en el pasado como prueban los gráficos que adjunta al final de su aportación. Y la compra de préstamos y activos dudosos sólo permitirá abrir el chorro crediticio si las entidades financieras perciben que el fin del deterioro económico está cerca y que asumen menos riesgo haciéndolo que quedándose de brazos caídos. La banca, como regla general, se comporta como un late cyclical. Necesita ver donde se gana dinero para luego entrar en la disputa por el beneficio a obtener. La muerte del sistema financiero en la sombra y la crisis en la innovación frenarán sin duda el despertar de su letargo durante más tiempo del conveniente. Y, sin despegue de la economía ni recuperación del balance del sector privado, no habrá repunte de la actividad bancaria. Olvídense.
A la misma conclusión llega Ed Harrison de Credit Writedowns que, pese a todo, concluye afirmando “no me queda otro remedio que confiar que el Plan va a funcionar. Ha pasado demasiado tiempo y esta es la hora en que no cabe otra solución. No quedan más alternativas para 2009”. Llegados a este punto, compartir con ustedes tres reflexiones finales. Una, el plan propuesto por Geithner, en su máxima amplitud de un billón de dólares, apenas es un 7% del PIB norteamericano frente a una deuda agregada del sistema estadounidense superior al 300% respecto a la misma referencia. La ley de las grandes cifras se puede ver claramente superada por la norma de los números estratosféricos. No se lleven a engaño. Dos, el proceso de apalancamiento no va a menos a día de hoy sino a más como consecuencia del desembarco masivo de la financiación pública en la economía. Un fenómeno que, en épocas de incertidumbre, encarece aún más el coste de los recursos ajenos de las empresas privadas retrasando, por tanto, su recuperación. Tres, campana y se acabó, lo importante, por tanto, es revertir un proceso que puede llevar a una espiral inflacionaria que ahora parece poco probable, con razón ante el exceso de capacidad productiva, pero que afila sus garras a la vuelta de la esquina. El hacer juegos de trileros traspasando endeudamiento entre los distintos agentes económicos, como propone el Plan, no ataca, ni de lejos, el problema. ¿Ustedes creen que se acabarán enterando?
¿A quien se esta ayudando con las medidas?
¡A los ciudadanos! o ¡A los que se han enriquecido todos estos años!
¿Dónde esta el origen de la crisis?
Aunque todo empezó con una estafa en EEUU, la realidad, es que existe un sobre-endeudamiento tanto de la sociedad de EEUU como de la sociedad española.
Se ha producido más de todo, existe sobrecapacidad productiva, tanto en sectores como la construcción más de un millón de viviendas sin vender, o el sector automovilístico.
Al calor de los bajos tipos de interés y el dinero fácil, nos hemos endeudado más de lo que podíamos, sin que los controles de riesgos de las entidades financieras detectaran, el riesgo que estas entidades estaban asumiendo.
Por arte de magia los ahorros de los próximos 30 años, traídos a presente mediante la correspondiente hipoteca, aparentemente han desaparecido y además no dudamos que estarán concentrados en muy pocas manos.
En españa, no existe un sector industrial que sea capaz tomar el relevo del sector de la construcción. Pese a haberles ido muy bien, la solución no pasa por más obra publica, obra si pero la necesaria, sino por una reestructuración de nuestro tejido productivo, todo lo demás supone dilapidar el dinero de los contribuyentes.
Los ciudadanos, han visto cercenado durante estos últimos diez años su poder adquisitivo, el 70% de los asalariados, son mileuristas.
Con estos datos, la solución no pasa ni por abartar el coste del despido, ni por otorgar subvenciones. Ni por comprar malas inversiones(activos tóxicos). Sino por favorecer los ingresos de los ciudadanos, reformando la fiscalidad a través de una renta básica.
Hasta ahora con las ayudas(discutibles) otorgadas a las entidades lo único que se ha conseguido es que estas ayuden a los grandes promotores adquiriendo esos bienes, con el objetivo de asegurarse el cobro de la deuda y de que esos prestamos no entren en mora, lo que les obligaría a más dotaciones .
En cambio a aquel ciudadano que pierde el empleo, no solo pierde el empleo, pierde también los ahorros de toda la vida, al quedarse sin la vivienda por no poder hacer frente a la deuda adquirida. Además el sistema es tan injusto que se puede quedar con la deuda y sin la vivienda. Como se permite este ultraje.
Si lo que se desea es ayudar, debería de avalarse a los ciudadanos que quedan en paro y a aquellos autónomos que la caída de la demanda estrangula la viabilidad de su negocio. Estas personas son las que están sufriendo con toda su crudeza la crisis.
Avalando a estos ciudadanos por su vivienda habitual, se esta avalando indirectamente a las entidades financieras. Las garantías (viviendas) son bienes tangibles y reales.
El actual sistema económico no puede continuar de la forma que esta funcionando, estamos saltando de una burbuja a otra. Se esta produciendo una tremenda concentración de los capitales. Las 365 personas más ricas del mundo poseen el 40% de la riqueza mundial.
La apuesta debe pasar por una reforma seria de la fiscalidad, para fomentar una adecuada redistribución de la riqueza sin el menoscabo de que quien más aporta a la sociedad reciba más a cambio, eso si pagando proporcionalmente a los recursos de la sociedad que utiliza.
No puede ser que nuestra propia fiscalidad permita los paraísos fiscales porque no gravemos la riqueza en el lugar y momento en el que se produce.
No puede ser que nuestra fiscalidad grave lo que se produce en españa con un 40% del precio y que lo que se importa solo sea gravado con un 16%. En Dinamarca lo que importan es gravado con un 30% de su precio.
Estas reformas son necesarias porque sino se acometen nuestra industria no puede ser competitiva , ya que debe de luchar contra el lastre que supone una nefasta política fiscal. Se puede adecuar la fiscalidad de forma que nuestra industria no se vea obligada a exportar nuestro estado de bienestar, que es lo que sucede en estos momentos.
Es necesario una regeneración ética de la clase política, en estos momentos impera más el interés personal y partidista que el servicio a los intereses de la sociedad y los ciudadanos. Las listas deben de ser abiertas y la designación personal.
Es necesario legislar para evitar el enriquecimiento fraudulento de los altos ejecutivos y políticos, a costa de los accionistas y ciudadanos. Es necesario exigir responsabilidades por los desmanes que se están produciendo.
Si cae la demanda, que hace que se recaude menos, a la vez se reducen los impuestos, y se aumenta el gasto publico, beneficiando a unos pocos con la excusa de la crisis, nos dirigimos a la quiebra de nuestro estado de bienestar.
La única forma de evitar la catástrofe, pasa por adaptar nuestra estructura impositiva de forma que lo que se recauda a través del consumo y de la inversión o especulación(Tasa RB), pueda ser redistribuido a los ciudadanos manteniendo el actual sistema de bienestar.
Esto es posible si políticamente existe voluntad de realizarlo.
Esto nos permitiría apoyar a los ciudadanos a través de una renta básica de ciudadanía y mantener un consumo constante, evitando que las crisis afecten tan tremendamente a los ciudadanos.
Apoyar al sistema actual, no nos lleva a ningún lado, aquellas empresas que haya asumido riesgos excesivos con conocimiento de causa debe de apechugar con las consecuencias, de lo contrario no se las debe de ayudar, no hay causa más injusta que paguen los trabajadores por los desmanes del crecimiento descontrolado, fomentado por la especulación.
A continuación articulo del confidencial
Krugman tiene razón. El Plan no sirve
@S. McCoy - 25/03/2009
Estados Unidos tiene un nuevo Plan y, como no podía ser de otra manera, la controversia está servida. Frente a lo que ocurriera con la idea original de Paulson, al menos Geithner ha tenido el mérito de dividir a la comunidad financiera norteamericana. Algo es algo. Los mercados bursátiles, en el corto plazo, han dictado su veredicto: pulgar arriba. Está por ver si la subida es consecuencia directa de la propuesta o, por el contrario, se debe a factores técnicos ya que el violento movimiento al alza coincide con la ruptura tanto de la media móvil de 50 sesiones como de la directriz bajista desde octubre de 2007 del S&P 500, el principal selectivo norteamericano. Y es que la iniciativa de la Administración Obama sigue pendiente de una enormidad de detalles y su ejecución se demorará, como poco, otros dos meses en el tiempo, siendo optimistas. Demasiado pronto como para darla por válida de forma tan efusiva pese a haber, de hecho, tan pocos motivos para ello.
El árbol de decisión seguido por los distintos analistas a la hora de estudiar la propuesta pasa por tres niveles: su necesidad, en primer lugar; su idoneidad, en segundo término; y su aplicabilidad, para concluir. Es una evidencia la validez del primer elemento de juicio, dada la coyuntura en la que se encuentra el sistema bancario americano... y no sólo él. Había/hay que hacer algo. De acuerdo. Prueba superada. Paso dos. ¿Adecuado? Error. El Plan no pasa el corte en los segundos 18 hoyos. Qué le vamos a hacer. Y no se debe, como afirman otros comentaristas, al hecho de que supone un injustificado cambio de foco desde la solvencia a la liquidez que persigue ayudar a unos tiburones de Wall Street en vías de extinción. Sobre la primera se puede actuar tanto desde el lado del pasivo, inyectando capital, como desde el activo, sacando del balance posibles fuentes de pérdida adicional. Ni siquiera compro hoy el argumento del riesgo asimétrico en el que incurren tanto el Tesoro como la Reserva Federal, cuyo balance, impagable artículo ayer de John Taylor en FT, empieza a alcanzar dimensiones siderales. Qué va. La razón última es que se desvía de las causas y, por tanto, de las posibles soluciones efectivas para solventar la crisis actual.
Lo explica estupendamente Henry Blodget, estrella emergente de la blogosfera financiera con su Clusterstock, en el siguiente post que se apoya en los pensamientos de un James Galbraith al que citamos el pasado sábado en nuestro Valor Añadido sobre el Quantitative Easing. El antiguo banquero de inversión hace un recorrido por los errores de concepto en los que, en su opinión, está incurriendo el nuevo Secretario del Tesoro. El problema de la economía no es que la banca no preste hoy, sino que ha prestado demasiado en el pasado como prueban los gráficos que adjunta al final de su aportación. Y la compra de préstamos y activos dudosos sólo permitirá abrir el chorro crediticio si las entidades financieras perciben que el fin del deterioro económico está cerca y que asumen menos riesgo haciéndolo que quedándose de brazos caídos. La banca, como regla general, se comporta como un late cyclical. Necesita ver donde se gana dinero para luego entrar en la disputa por el beneficio a obtener. La muerte del sistema financiero en la sombra y la crisis en la innovación frenarán sin duda el despertar de su letargo durante más tiempo del conveniente. Y, sin despegue de la economía ni recuperación del balance del sector privado, no habrá repunte de la actividad bancaria. Olvídense.
A la misma conclusión llega Ed Harrison de Credit Writedowns que, pese a todo, concluye afirmando “no me queda otro remedio que confiar que el Plan va a funcionar. Ha pasado demasiado tiempo y esta es la hora en que no cabe otra solución. No quedan más alternativas para 2009”. Llegados a este punto, compartir con ustedes tres reflexiones finales. Una, el plan propuesto por Geithner, en su máxima amplitud de un billón de dólares, apenas es un 7% del PIB norteamericano frente a una deuda agregada del sistema estadounidense superior al 300% respecto a la misma referencia. La ley de las grandes cifras se puede ver claramente superada por la norma de los números estratosféricos. No se lleven a engaño. Dos, el proceso de apalancamiento no va a menos a día de hoy sino a más como consecuencia del desembarco masivo de la financiación pública en la economía. Un fenómeno que, en épocas de incertidumbre, encarece aún más el coste de los recursos ajenos de las empresas privadas retrasando, por tanto, su recuperación. Tres, campana y se acabó, lo importante, por tanto, es revertir un proceso que puede llevar a una espiral inflacionaria que ahora parece poco probable, con razón ante el exceso de capacidad productiva, pero que afila sus garras a la vuelta de la esquina. El hacer juegos de trileros traspasando endeudamiento entre los distintos agentes económicos, como propone el Plan, no ataca, ni de lejos, el problema. ¿Ustedes creen que se acabarán enterando?
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2 comentarios:
Tiene razón el articulista. Se supoone que quien gana dinero con los negocios es porque arriesga su capital, y el de otros. Pero si le salen mal los negocios al pequeño empresario nos joden, y a lo grandes les dan dinero. Como dice el refrán quien roba un melón es un ladrón, pero si robas un millón eres un señor. ¿Por qué el psoe hace esta política? ¡Es inaudito!. Yo freo que hay dos solucionesd o se trabajan sólo cuatro horas y se reparte empleo o que den la renta básica. Les doy la razón, señores. Benito Ardura
Los G-20siguen buscando salir de la crsisi por el empleo. ¿Son tontos o no ven? Incluido Obama. Satur.
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