En este libro se explica que nos encontramos en la era del conocimiento y que el hecho de conocer determinadas tecnologías, o poseer determinadas habilidades, es lo que nos proporciona el empleo, por ello según el INEM solo dos de cada diez parados tienen posibilidad real de encontrar empleo, en la mayoría de los casos mal remunerado.
Adjunto un fragmento de la revolución de la riqueza:
Desde la Gran Depresión de los años treinta y el auge de la economía Keynesiana, parte de la solución de manual frente al desempleo ha sido la inyección de fondos públicos a la economía monetaria para estimular la demanda de consumo y, a través de ella, crear empleo. Era razonable pensar que, si había un millón de trabajadores sin empleo, la creación de un millón de empleos resolvería el problema.
Pero en una economía del conocimiento intensivo esa premisa es falsa. En primer lugar, ni en Estados Unidos, ni en otros países saben siquiera cuantos desempleados hay, o lo que ese termino significa, cuando tantas personas combinan su empleo con el autoempleo y / o crean valor no remunerado a través del prosumo.
Y lo que es más importante, ni siquiera creando cinco millones de empleos se resuelve el problema si un millón de trabajadores carece de los conocimientos o la formación especifica, exigidos por el nuevo mercado de trabajo. Por tanto el problema del desempleo es más cualitativo que cuantitativo. El reciclaje convencional de los trabajadores tan poco es tan útil como en otras épocas, puesto que una vez acabada la formación, las exigencias de conocimientos de la economía puede haber vuelto a cambiar. En resumen el desempleo de la economía del conocimiento es distinto del de las economías de las cadenas de montaje. Es un desempleo estructural.
El análisis que hace el matrimonio Toffler, es muy acertado, y seria necesario de conjugarlo con la Renta Básica, para actuar en las dos vertientes esenciales, la primera evitar toda la exclusión social con los ingresos obtenidos de la Renta Básica, y la segunda y más importante, que el prosúmo adquiera el valor que realmente le corresponde, es decir que todos los trabajos no remunerados puedan ser realizados libremente por los ciudadanos, al recibir estos la Renta Básica.
Porque no nos olvidemos que el articulo que se publica a continuación dice claramente que el 83% de los demandantes de empleo, no reúnen estadísticamente las condiciones necesarias para convertirse en empleados por cuenta ajena. Y ante este hecho, lo importante seria que estos desempleados se consideraran empleados por cuenta propia mediante una Renta Básica Digna, ejerciendo como prosumidores, y contribuyendo con su trabajo al bienestar social.
Adjunto el articulo extraido de WWW. El CONFIDENCIAL.COM.
Sólo 365.400 personas, el equivalente al 17,74% de los más de dos millones de desempleados que estaban registrados en el Inem a finales del pasado mes de marzo, tenían muchas probabilidades estadísticas de encontrar un empleo, según el índice de ocupabilidad de los parados registrados que elabora el Ministerio de Trabajo.
Este índice, al que tuvo acceso Europa Press, refleja además que el 16,63% de los desempleados inscritos en el Inem (342.424) tenían muy pocas posibilidades de encontrar un puesto de trabajo, mientras que para el 30% (618.686 parados) las probabilidades eran bajas. Esto significa que casi la mitad de los parados tiene difícil o muy difícil abandonar el desempleo.
Las posibilidades de salir del paro son menores para las mujeres, los inmigrantes, los trabajadores de mayor edad, los que tienen menor nivel de estudios, los demandantes de más antigüedad, y los perceptores de prestaciones, especialmente los que cobran ayudas asistenciales, subsidios para mayores de 52 años y la Renta Activa de Inserción (RAI).
Cuanto más amplio es el ámbito territorial de búsqueda de empleo, más probabilidades hay de encontrar un puesto de trabajo. Así, el ámbito geográfico de búsqueda, y la antigüedad de la demanda son factores fundamentales para determinar la ocupabilidad de los desempleados.
El perfil de los parados con menos probabilidades de encontrar un puesto de trabajo coincide con aquellos demandantes que presentan una antigüedad de un año o más, que circunscriben su ámbito de búsqueda a su término municipal, que demandan menos de tres ocupaciones, y que pertenecen al colectivo específico de perceptores del subsidio de mayores de 52 años y de beneficiarios de la RAI.
Pocos parados "altamente ocupables".
Analizando la confluencia de estos factores sobre los desempleados registrados el pasado mes de febrero, se obtiene que el 46,6% tenían un grado de ocupabilidad bajo o muy bajo, en tanto que el 35,6% presentaban un nivel de ocupabilidad medio, y sólo el 17,74% tenían un grado de ocupabilidad alto.
Por sexos, el 45,9% de los 781.154 parados varones registrados en marzo en las oficinas del Inem tenían pocas o muy pocas posibilidades de encontrar un empleo, porcentaje que repunta hasta el 47,12% en el caso de las mujeres, colectivo que concentra al 62% de los desempleados a nivel nacional.
Por edades, el grado de ocupabilidad es bajo o muy bajo entre el 65,3% de los desempleados mayores de 45 años, cifra que desciende hasta el 36,4% en la franja de 25 a 45 años y hasta el 33,6% en el caso de los menores de 25 años.
Si se estudian los datos por sectores, se obtiene que más de la mitad de los parados de la construcción tienen pocas o muy pocas probabilidades de abandonar el desempleo, situación que también se da entre el colectivo sin empleo anterior. En el resto de sectores, no se llega a la mitad, aunque los porcentajes de ocupabilidad baja o muy baja rondan el 45%.
En Navarra, más fácil
Por comunidades autónomas, Navarra es la que presenta el porcentaje más alto de desempleados que tienen una alta ocupabilidad. En esta región, uno de cada tres parados son altamente ocupables, es decir, que tienen más posibilidades estadísticas de salir del desempleo.
Les siguen Cantabria, País Vasco, Asturias, Madrid, y Comunidad Valenciana, donde aproximadamente uno de cada cuatro desempleados tienen más probabilidades de abandonar las listas del Instituto Nacional de Empleo (Inem). En el resto de comunidades, el porcentaje de parados altamente ocupables ni siquiera alcanza el 20%.
2 comentarios:
Es obvio que el desempleo no s epuede resolver con los parámetros actuales de ofertas laborales. Insistir en ello lleva a devaluar el salario. Esto lo deberían reconocer los políticos. Los economistas lo hacen en voz baja, soto voce. Una vez se parta de la realidad habrá que buscar solcuciones. Una de ellas la renta Básica. No sé si será o njo la más sensata, pero es razonable. Paco.
Estoy en el trabajo. Una empresa privada. He luchado por un puesto e trabajo. ¿Qué felicidad? Me han pasado su dirección, después de contarme la idea de eso de la renta básica. Me parece fenomenal. Yo gano dinero, mi marido también. Tenemos para lo justo y para algo más. Pero hay que ir bien vestida, ahora necesitamos, ¡necesitamos! dos coches... o sea que lo justo, para ir tirando. Lo he hablado con mi marido. Tenemos un modp de vida ¿pero qué vida? Sin tiempo pàra nostros. A mi hijo le dejo en una guardería. Con mi suegra me arreglo por la tarde. Voy a tener que pedir una guardería para la noche, para dormir bien y estar lista para el trabajo. A mi marido le veo para cenar. Nos absorve tanto el trabajo que lo tenemos en la cabeza. Él además se ha metido a invertir en la Bolsa y no sale del ordenador. Malo el desempleo. Malo el empleo. Pore favor dense prisa y tengamos la renta básica, para trabajar y vivir en lugar de trabajar y trabajar. Ah, y consumir, para que la cabeza olvide un rarto el trabajo. Marisa.
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